Miguel Solimán López traspasa la faceta contemplativa del arte para reivindicar aquella otra que lo erige como vía removedora de conciencias y reflejo activo de la realidad que acontece. Su exposición de pinturas (y una escultura, disciplina aún "en experimentación") fue inaugurada ayer y puede visitarse hasta el 10 de febrero en la sala Aires. Esta es, en palabras del presidente de la Asociación Aires de Córdoba, Francisco Manuel Arenas, "una apuesta arriesgada y atrevida" que pretende dar a conocer y asentar prácticas contemporáneas y nuevos talentos en el panorama artístico cordobés.

La muestra remite globalmente a la búsqueda de la identidad en un sociedad que desorienta y "colapsa" al individuo, sumergido en un caos informativo irreversible. Así, se suceden las alusiones, unas veces metafóricas y otras más evidentes, a la censura, los excesos de información y la necesidad de una canalización rigurosa por parte de los medios, "si bien esa información no es siempre la correcta y faltan temas de interés público en primera plana", ha declarado el artista para Diario CORDOBA.

Solimán López ha supeditado la carga simbólica y el contenido a lo puramente estético. Para ello, ha acentuado el empleo de técnicas mixtas que ha puesto "al servicio del mensaje".

Asimismo, exalta "el papel del objeto", encarnado en cables, cuerdas, cera, cadenas y otros materiales, para conferir a la obra abstracta, en ocasiones casi minimalista, un cariz más concreto y "que el público la reconozca y la entienda", afirma. De este modo, establece una metáfora de la información mediática a través de cables despedazados, o de la tensión y la claustrofobia del individuo por medio de cuerdas enredadas, explosiones de colores, relieves y otros recursos que ensalzan su fuerza expresiva.