Camino de Mojácar (Almería), donde ayer ofreció un recital horas después de alzarse con el Premio Filón del Concurso de Cante de la Minas de La Unión, el flautista flamenco cordobés, que hoy cumple 32 años, Sergio de Lope no podía disimular la «absoluta felicidad» que le embargaba al conseguir este año lo que el pasado estuvo a punto de obtener. Muy pronto, el día 25, los cordobeses podrán disfrutar de su arte dentro del ciclo Latidos flamencos que acogerá la Posada del Potro.

-¿Cómo se sintió durante su actuación? ¿Muchos nervios?

--Lo cierto es que disfruté mucho sobre esas tablas, además de poder compartir con los compañeros y con el público todas las sensaciones que te invaden en ese escenario. Me sentí muy a gusto, y llevarme el premio ha sido la guinda del pastel. Ahora estoy intentando asimilarlo porque uno, a veces, no es tan consciente de la repercusión mediática que tiene este festival.

-El año pasado quedó en segundo lugar. ¿Tenía confianza en conseguirlo esta vez?

--Yo tenía confianza en mí mismo porque sé cómo trabajo y las horas de estudio que le echo. Pero, como en cualquier concurso, todo depende de muchas cosas, de cómo estés tú mismo y los compañeros. En los concursos te lo juegas todo en quince minutos y puede salir bien o no, aunque si tienes un trabajo ya hecho las posibilidades de que sea un buen momento son mayores.

-¿Qué puede significar este premio en su carrera?

--Creo que puede ser un reconocimiento, un punto de inflexión en mi carrera y un trampolín en el sentido de que dará mas visibilidad en mi trabajo.

-Tiene un disco, ‘A night in Utrera’, ¿Cómo ha sido su recorrido?

--Bastante bueno. El año pasado hice 19 conciertos defendiéndolo y lo presenté en la Bienal de Flamenco de Sevilla. En el 2017 tengo más de cuarenta recitales, y estoy muy contento.

-El premio Filón surge gracias a la revolución flamenca protagonizada por Paco de Lucía y Camarón, entre otros. ¿Qué les debe a estos artistas?

--Mi gente y yo somos los humildes herederos de la estela del sexteto de Paco de Lucía, es el espejo donde siempre me he mirado, a mi manera, claro. Y de Enrique Morente, que también revolucionó el cante y la manera de ver flamenco.

-¿Por qué eligió la flauta?

--Yo soy flautista por mi atracción hacia el flamenco. Empecé a tocar con ocho años el saxofón, hice un grado elemental. Me gusta la música clásica y la consumo, pero no me gusta estudiarla y tocarla. Conocí a un guitarrista que me enseñó el mundo del flamenco y con 16 años cogí la flauta. Me encantó, me sentí muy libre. Y mira ahora, es mi instrumento sin lugar a dudas.