La Consejería de Cultura ha inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la categoría de Monumento, la Iglesia y el antiguo Convento de San Francisco en Priego de Córdoba. Aunque hoy en día ambos inmuebles se hallan desligados y con usos diferentes, constituyen un conjunto tan profundamente imbricado física, funcional e históricamente que ha de ser abordado como una unidad desde el punto de vista patrimonial.

La Iglesia y el Convento de San Francisco tienen su origen en el siglo XVI, pero deben su aspecto actual a las reformas del XVIII en las que participaron artistas de la importancia de Francisco Hurtado Izquierdo o Jerónimo Sánchez de Rueda. El proceso de transformación y barroquización del templo y convento continuó a partir de 1749, con la construcción de bóvedas, cúpulas encarmonadas y el despliegue de un rico repertorio de yeserías y cornisas que transformaron la ambientación y estética de la iglesia.

CAPILLAS, PEQUEÑAS IGLESIAS

Ambos inmuebles forman un conjunto de edificaciones compuesto por la iglesia, a cuya nave se abren, en el lado del Evangelio, capillas que vienen a funcionar como pequeñas iglesias dotadas de autonomía espacial, y por el claustro del antiguo convento, alrededor del cual se dispone el zaguán de entrada y el refectorio.

La iglesia, a la que se accede por una portada de mediados del siglo XVIII en la que se combina el mármol blanco y el gris, tiene planta de cajón compuesta de una nave y cinco tramos cubiertos con bóvedas de arista reforzadas con arcos fajones. En los muros perimetrales de la nave se abren, en el lado de la Epístola, seis vanos de medio punto que cobijan retablos y, en el lado del Evangelio, las diferentes capillas.

De gran interés por su complejidad espacial y riqueza ornamental es la Capilla de Jesús Nazareno, que viene a constituir una segunda iglesia dentro del templo. Sus trazas se atribuyen a Jerónimo Sánchez de Rueda, el más prestigioso de los arquitectos de la localidad a mediados del siglo XVIII. De forma hexagonal, se cubre con cúpula gallonada, que arranca de una compleja cornisa de perfil mixtilíneo horadada por seis ventanas de arco rebajada, y está decorada con florones de yeserías doradas enmarcando motivos de la Pasión como los tres clavos, la escalera y la cruz. La capilla constituye una de las joyas del barroco prieguense.