El escritor barcelonés Carlos Ruiz Zafón, autor de la tetralogía El cementerio de los libros olvidados afirma que, de celebrarse un referéndum sobre la independencia de Cataluña, ni siquiera sabe si iría a votar dado que tiene una perspectiva fría respecto a esos «grandes debates» y «ve las cosas de lejos». «Tengo una perspectiva normalmente muy fría respecto a estas cosas, estos grandes debates. Veo las cosas de lejos y, quizá por deformación profesional, no como parece que son, sino como yo las entiendo», declaró el escritor en una entrevista durante su participación en el ciclo Palabra del Centro Niemeyer. Considerado el escritor español vivo más leído del mundo, Zafón reside en Los Ángeles y cree que el proceso que se vive en su tierra natal, «como tantas cosas que están pasando en España y en el mundo, son un síntoma, una expresión de un fenómeno de hartazgo, de desencanto, de resentimiento, de grandes bolsas de la población que siente que se les ha engañado y se les ha dejado atrás».

«Esos sentimientos, este capital emocional, se está expresando en diferentes sociedades de modo muy diferente: un revival de los nacionalismos, de una derecha xenófoba en el norte de Europa y de una izquierda en el sur que parecía un poco desaparecida y que tiene un discurso que nos suena casi a los años treinta pero vuelve encontrar una voz que conecta con gente», afirma Ruiz Zafón.

Esa reflexión lleva al autor a los primeros días del nuevo inquilino de la Casa Blanca, un Donald Trump que le preocupa «enormemente» porque todos estos fenómenos, dependiendo de la escala de donde suceden, tienen un impacto limitado, «pero para bien o para mal, todo lo que suceda en Estados Unidos tiene un impacto global». «Todavía no sabemos muy bien cómo evolucionará. Estamos en un momento de tremenda incertidumbre. Lo que está sucediendo es que se está articulando, como se pretende en muchos otros lugares, un mecanismo para saltarse y desmontar al Estado de derecho e imponer una suerte de fórmula autocrática, autoritaria, que responde a impulsos populistas del color que sean», consideró.

Zafón prevé aprovechar para ir «dando cuerpo» a su próxima historia los meses de promoción que aún le esperan de su última obra, El laberinto de los espíritus, que cierra la tetralogía abierta con La sombra del viento, el mayor éxito editorial de la literatura española traducida a más de 40 idiomas, publicada en 50 países y con más de 10 millones de ejemplares vendidos en el mundo.

NUEVOS PROYECTOS / Tras quince años dedicado a esas cuatro novelas, el autor asegura tener varias ideas y proyectos a los que está «dando vueltas» aunque, confiesa, el final «siempre es una sorpresa» incluso para sí mismo como si las ideas le eligieran a él y no al revés. Aunque asegura no pensar en ese título de «escritor español más leído en el mundo», sí admite que le anima sentirse reconocido y que su obra sea apreciada en numerosos países dado que un autor «lo que quiere es ser leído por el mayor número de lectores posibles, pero ser el primero, el segundo o el número cuarenta y ocho es anecdótico».

«Está muy bien, suena muy bonito y un día te lo dicen y dices pues oye qué bien, pero nada más. Tienes una sensación de gratitud y de privilegio y te das cuenta de la suerte de que sea así porque es muy difícil para los escritores encontrar una audiencia», añade tras subrayar que no pierde «ni un minuto» en pensar en la posteridad.

Zafón, apunta, vive «el momento» y disfruta de que obras escritas hace treinta años sigan «dando vueltas por el mundo» y sigan siendo aceptadas, pero advierte: «Me parece de una pretenciosidad y de una petulancia especular pensar en cómo me recordarán o cuál será mi epitafio. Por el amor de Dios, ¿pero quién nos creemos que somos? Será lo que tenga que ser y bien estará».