LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO LINARES (JAEN), 1943

TRAYECTORIA COMENZO MUY JOVEN SU LARGA TRAYECTORIA, CONTINUA EN ACTIVO CON PROYECTOS COMO EL QUE AHORA PRESENTA, 'RAPAHEL SINPHONICO', Y RECIENTEMENTE HA VUELTO A LA GRAN PANTALLA DE LA MANO DE ALEX DELA IGLESIA

Dicen que siempre le ha sido más fácil cantar que hablar, y eso sigue haciendo pese a tener una edad a la que la mayoría de los mortales se rinden a la tranquila jubilación. Pero su motor, "de Pegaso", le sigue permitiendo cumplir sueños como el que ahora está viendo realizado, el de llevar a cabo el espectáculo Raphael Sinphonico , en el que su voz se funde con la música de grandes orquestas como la de Córdoba, donde hoy ofrece un recital que hace semanas colgó el cartel de No hay billetes . Qué sabe nadie , En carne viva o Escándalo volverán a sonar, pero de una forma diferente, en el Teatro de la Axerquía, ante un público de "cinco generaciones".

--No parece que esté dispuesto a retirarse de los escenarios, pero viéndole sobre las tablas parece que ha hecho un pacto con el diablo. ¿Qué le trasplantaron, un hígado o toda la energía del mundo?

--En vez de un hígado, me trasplantaron un motor nuevo, pero debe ser de Pegaso. La verdad es que el escenario me gusta mucho, es mi hábitat desde que era muy joven.

--Un amigo mío asegura que usted es un género en sí mismo.

--Que bonita cosa (risas). No lo sé, yo no puedo decir eso, eso lo tiene que decir la gente, el público.

--El amor y el desamor centran el 90 por ciento de sus canciones, aunque usted tiene la suerte de vivir una larga historia de amor.

--Soy muy afortunado. La vida me ha dado mucho más de lo que he necesitado, aunque lo he trabajado mucho y lo sigo trabajando. La suerte hay que trabajársela siempre, y el amor más que nada, porque los primeros días siempre son muy bonitos, pero para que las cosas duren hay que alimentarlas desde por la mañana temprano.

--En Córdoba ha agotado las localidades hace tiempo. ¿Cómo se explica que concite tanto interés entre un público tan variado? Le adoran hasta los punkis y los indies.

--Es una cosa que se ha dado y que no es corriente, pero lo cierto es que estoy metido en cinco generaciones y eso es maravilloso, igual que el motor que me pusieron, que me permite llevar mis sueños adelante, hacer nuevas cosas. Es un milagro, pero no sé cómo se consigue, las cosas se producen o no.

--¿Qué siente ante el amor que le demuestra el público?

--Gratitud infinita. Ese cariño me ha hecho inmensamente feliz durante toda la vida. Tengo la inmensa suerte de trabajar en aquello que me gusta y, encima, reconocido. No se puede pedir más.

--¿Lo siente de manera especial en Andalucía?

--Sí, sí, sí. Hay un plus siempre. En cuanto cruzo Despeñaperros entro en otra onda.

--¿Sigue siendo tan exigente o con la edad deja pasar algunas cosas?

--No, no. Al revés. Cada vez soy más exigente, conmigo mismo y con todo. Cada vez que presento una cosa, siempre pretendo que sea mucho mejor que lo anterior. Con este espectáculo he alcanzado un sueño.

--¿Cómo le gustaría pasar a la historia de la música?

--¿Pero tú crees que yo voy a pasar a la historia de la música? Yo tengo mis dudas, pero tampoco yo quiero que me recuerden, quiero que me vean siempre como estoy y después, si se acuerdan de mí, pues qué bien. Pero mientras yo esté en la tierra y en la vida, que me vean bien. Es lo único que quiero.

--¿Cómo está siendo la experiencia de tocar con sesenta músicos?

--Están siendo unos conciertos maravillosos, esto es como tocar el cielo. Estamos llegando en el escenario a una comunión tan perfecta con la música, con el público... La gente sale encantada e, incluso, he notado que el publico se viste mejor, van predispuestos a tener una gran noche, parodiando la canción. España tiene unos músicos buenísimos. Y por el sonido, ya sé que los de Córdoba también lo son.

--Supongo que fue difícil elegir el repertorio.

--Lo he hecho bajo mi criterio. La selección depende de muchas cosas, sobre todo, de mi estado de ánimo.

--¿Sigue necesitando esa concentración antes de subir al escenario, la soledad?

--Sí, es necesario. Y desde las tres de la tarde ya no hablo. Trato de que cuando empiece a cantar la voz este lo más limpia posible.

--¿Cómo lleva su salud tanto trajín? ¿En su casa no le dicen que pare ya?

--En mi casa no me dicen esas cosas. En mi casa me apoyan. Me cuido, como sano, no bebo ni fumo. Trato de descansar lo más posible, pero también salgo a divertirme. Como todo el mundo.

--Ahora ha vuelto al cine, nada menos que con Alex de la Iglesia, un gran fan suyo. ¿Qué tal la experiencia después de 40 años sin ponerse ante una cámara?

--Ha sido maravillosa, me he reído muchísimo y me lo he pasado en grande. El equipo es fantástico y cuando estrenamos la película en el Festival de San Sebastián fue algo tremendo. Estoy muy feliz de haberlo hecho y no descarto la idea de, siempre con un buen guión, volver a hacerlo.

--Supongo que se habrá encontrado una manera de hacer cine muy diferente.

--Es más fácil ahora. Hay muchos más medios, para dar y tomar, lo que podemos discutir son los talentos. Antes nos teníamos que arreglar con una cámara para todo, y ahora a la menor ocasión tienes dos alrededor.

--¿Qué le parece como está el mundo?

--Bueno, un poquito alborotado. Esa discusión la vamos a dejar para otro día.