El director de Riff Producciones, Carlos Espinosa, pidió "disculpas a los fans de Malú" por la suspensión, aunque reconoció que es "complicado explicar a una niña de 12 años que no va a poder ver a su cantante favorita" por "burocracia" y "cuando no era un espectáculo de alto riesgo". A pesar de ello, buscará con el Ayuntamiento otro espacio y fecha y el lunes dirá si hay posibilidad de ofrecer la actuación, para la que serán válidas las entradas. Si no, las devolverá en los puntos de venta. Asegura que había vendido 6.000 entradas y calcula en 90.000 euros las pérdidas.

Espinosa aclaró que "había deficiencias que se podían subsanar" pero "no podíamos entrar en los problemas estructurales que pudiera tener la plaza y que el técnico plasma", por lo que a sus manos escapaban bajar "los decibelios" o "un certificado estructural de la plaza de toros al completo". Aunque intentaron buscar una solución, con ese informe "tendríamos que haber tirado la plaza y volverla a construir", por lo que, tras la denegación del permiso, hubiera sido "una irresponsabilidad" seguir. Espinosa ve "surrealista" el informe, que "hable de contaminación acústica", "que no haya ningún problema para que 14.000 personas puedan ver una corrida de toros" y que "surjan" con una cantante en un escenario. Cree que es "demoledor" al cuestionar la realización del concierto y "de cualquier evento dentro de la plaza" y más cuando hace un año él mismo logró permiso para el de Alejandro Sanz.