Los cantaores Manuel Moreno, El Pele, y Miguel Flores, Capullo de Jerez, han conquistado la Catedral del Cante en la noche que se había anunciado como más jonda de entre las galas del Festival Internacional del Cante de las Minas.

De nuevo, por segunda noche consecutiva, se ha programado una gala doble que no ha defraudado al público que ha llenado el antiguo mercado público de La Unión.

El Pele ha sido el primero en actuar y en poner el listón de la velada muy alto. Con un estilo peculiar, camisa blanca de lino, pantalones claros, chaqueta de atrezzo colgada en la silla, y boina, El Pele parece a primera vista un artista de son en lugar de un cantaor.

Luego, cuando avanza la noche parece sacado de un club de jazz neoyorquino, con una voz potente, estilo único y un repaso a los cantes tradicionales como la seguiriya, verdial o un fandango.

Entre los "olés", los aplausos espontáneos, ha dado paso a unas alegrías "a mi modo, porque es como yo canto y hago lo que buenamente puedo para que los vengan detrás recuerden que hubo un morenito de Córdoba que cantaba así por alegrías".

A su modo lo hace todo El Pele, que es de esos artistas que no se parecen a nadie y todos quieren parecerse a él, con esa actitud ha entonado las alegrías que han agradado al patio de la Catedral.

Su grupo, entre los que se encontraba su hijo, José Moreno, a la percusión, ha destacado durante toda la actuación con un protagonismo especial del guitarrista Patrocinio hijo con una ejecución magnífica.

Así, El Pele ha acortado la noche, dando paso "al compañero, aunque estoy dispuesto a volver" con unos tangos en los que el público, entregado al cordobés, se ha sumado a la fiesta de la primera parte de la gala.

Apenas habían transcurrido cinco minutos -lo que han tardado en cambiar las sillas y micrófonos- cuando Capullo de Jerez ha aparecido en escena, el primero, con fuerza y pidiendo "caña".

Le tocaba a Miguel Flores estar a la altura de su predecesor.

Con un "soy de Jerez y voy a cantar por Jerez", ha comenzado una actuación en la que la pasión de Capullo, su histrionismo y la manera de transmitir con todo el cuerpo lo que canta, ha llegado a los oyentes.

El artista jerezano, que era la quinta vez que acudía al festival de La Unión, ha hecho un repaso por esos cantes tradicionales que domina y de los que no sale, porque Capullo de Jerez no es artista de modas ni de dejarse llevar por corrientes.

De esta manera, ha pasado por martinetes, tangos, fandangos y un tiento para acabar por bulerías.

Al igual que El Pele, Capullo de Jerez se ha batido el cobre ante la afición sin micrófono, a pulmón, dando el alma y la voz al público, que en ambos casos se ha entregado en esos momentos.

No se trata solo de un cantaor, también un hombre que aprovecha el escenario para reivindicar a la mujer como centro de todo, que canta a la libertad, al amor y al desamor.

Como cada noche antes de la gala, el alcalde de La Unión, Pedro López Milán, ha entregado el Castillete de Oro a la escritora María Dueñas.

La autora de la novela "El tiempo entre costuras", que fue pregonera en el año 2012, ha recordado a otros escritores que han conseguido esta distinción como Arturo Pérez-Reverte y ha asegurado al respecto que en un mundo tan de hombres como es el del flamenco y las minas", y ha pedido al alcalde "que más mujeres sigan ese camino."