Dedica ocho horas diarias a su trabajo. Y, luego, otras seis a reflexionar. "Lo más importante para un artista. Hay que tener un gran pensamiento crítico", argumenta. Pablo Rubio nació en Córdoba en 1974. Aquí vive y aquí trabaja, en su estudio de la calle Cidros. Sin embargo, en su ciudad natal se le conoce poco. Su última muestra en Córdoba la realizó en 2010, en el Colegio de Abogados, donde montó una instalación en el patio del edificio conmemorando la Declaración de los Derechos Humanos. Se le conoce más en Italia. Allí ha participado en una decena de exposiciones. Individuales y colectivas. Hoy se inaugura la última en el Museo de Arte Contemporáneo de Roma (Macro). Se trata de Dall'oggi al domani. 24 ore nell'arte contemporanea , que permanecerá abierta hasta el 2 de octubre. Una muestra internacional, "con una selección de artistas importantísimos", recalca, entre los que se encuentran Hanne Darboven, Alejhieri Boetti y Maurizio Cattelan, que ha sido comisariada por Antonella Sbrilli y María Grazia Tolomeo. Entre la cuarentena de artistas participantes, no hay ningún otro español, solo él.

La exposición es sobre el tiempo y se divide en diversos recorridos temáticos, tales como el ritmo de hoy, la jornada del trabajo, las fechas especiales, los calendarios o los diarios. A él lo han seleccionado en este último apartado, con un proyecto titulado Diarios de navegación , una instalación realizada con los cuadernos que conserva de su madre correspondientes a "los veinte años que transcurren desde que aprende a escribir en una escuela de adultos hasta que por enfermedad lo olvida". Es una instalación de cuatro metros y medio de largo por tres de alto. "La mayoría de los papeles -explica-- llevan un tratamiento con ácido que durante el tiempo que dure la muestra irá disolviendo todos los escritos y pensamientos haciendo coincidir los tiempos de la vida con la exposición". Cuando acabe la muestra en octubre, la mayoría de los papeles estarán fragmentados.

RECUERDOS Y LITERATURA La idea expuesta ahora en el Macro nace de dos versos de Miguel Hernández pertenecientes al poema La boca , de su último libro, Cancionero y romancero de ausencias : "El labio de arriba el cielo / y la tierra el otro labio". Cada pieza está formada por dos hojas de papel cosidas hasta conformar un mural de casi setecientas piezas pegadas a la pared con clavos. Pablo Rubio es un artista al que le interesa lo que sucede a su alrededor "desde una concepción vital, aunque no autobiográfica".

El catálogo de su exposición L'identità frammentata (Roma, 2010) señala que su trabajo "se adentra y localiza en la reelaboración de los recuerdos y la memoria latente, por preservar una identidad que tiembla cada día por la constante amenaza de la desaparición". Asimismo, intenta combinar sus pensamientos y sus recuerdos con la literatura, "una de las artes más grandes que existen". Precisamente, L'identità frammentata , donde aborda la desaparición de la memoria de su abuela, es también un homenaje a la obra de José Saramago Ensayo sobre la ceguera . Otra muestra importante en su vida es Estados indefinidos para una existencia (Lucca, Italia, 2013), comisariada por el chileno Antonio Arévalo, "un grande de la historia del arte de nuestros días", argumenta. En ella trabajó sobre la historia de la casa donde tiene su estudio --una casa de vecinos con más de trescientos años-- y la novela de García Márquez Cien años de soledad .

En esta nueva muestra, Dall'oggi al domani , participa gracias a la galería romana Ingresso Pericoloso, que envió al Macro uno de sus trabajos anteriores para que lo vieran, Llanuras para cinco vértices (Barcelona, 2015) y la organización lo invitó a presentar un proyecto. Rubio les ofreció Diarios de navegación y lo aceptaron, iniciando una nueva etapa en su aventura italiana.

¿Cuándo expondrá en Córdoba de nuevo?