Espectáculo: ‘Ser... Ni conmigo, ni sin mi’

Baile: Mercedes de Córdoba.

Cante: Enrique el Extremeño, Jesús Corbacho y Antonio Núñez El Pulga.

Guitarra: Juan Campallo.

Lugar: Teatro Góngora.

Día: 20 de abril.

Intuíamos un notable éxito de este último trabajo de Mercedes de Córdoba. Nos quedamos cortos porque todo se desenvolvió bajo los parámetros de la más elevada excelencia, ya que sabe lo que se hace. Animada, además, en este estreno por la decisión de presentarlo en su tierra que, por cierto, la avaló con un teatro que rozó el lleno preferentemente de jóvenes alumnas del Conservatorio que no querían perderse la irresistible evolución de una de las más acreditadas bailaoras de hoy.

El montaje está pensado para que la bailaora recorra los diferentes estados de ánimo que van desde la depresión más profunda hasta su superación definitiva encadenando un baile tras otro. Algo que nos sorprendió por lo insólito de esta propuesta engalanada con toda la gama de matices que las grandes bailaoras han de portar como esencial equipaje. Tuvimos que rendirnos a ello y como testigo privilegiado muy próximo a nosotros, la presencia de Eva La Yerbabuena en el patio de butacas refrendando la impecable actuación que tuvo todo el grupo.

Nos la recordó, sobre todo, en el desarrollo de la soleá que bailó bajo la evidente influencia de la bailaora granadina, una de sus grandes maestras, sin que esto dejara traslucir algún que otro mimetismo, ya que Mercedes de Córdoba ha cristalizado un estilo propio y lo ejerce con la sabiduría que le otorga su notable talento.

Así, el dramático taranto cantado por Enrique el Extremeño, Jesús Corbacho y Antonio Núñez El Pulga, inmensos en todo el desarrollo de la obra al igual que la guitarra de Juan Campallo, otro elemento esencial en su desarrollo con la dirección artística de Ángel Rojas, fue el inicio de una noche para el recuerdo donde la garra, la entrega, la técnica, el dominio de las formas, el misterio, la contención, la fuerza y la sutileza, se evidenciaron en este montaje minimalista culminado por la antológica soleá rematada por bulerías que confirmó el gran nivel de esta bailaora cordobesa.