La nueva sede de la Peña Flamenca la Albuhera de Espejo, construida de lo que fue el antiguo Matadero Municipal, nos convocó al goce de su hospitalidad, que además nos sirvió para calibrar el esfuerzo por levantar un recinto, que, sin temor a la exageración, es uno de los mejores que adornan hoy el mundo peñístico de Córdoba y su provincia.

Todo ello, como se dijo en las intervenciones del presidente de la peña, de los representantes políticos y del propio alcalde, Florentino Santos, se debe a ese encomiable colectivo de hombres respaldando esta iniciativa, que robándole horas a su trabajo y a su familia han hecho posible esta hermosa realidad. Estas obras no dejan de sorprendernos porque contribuyen a diluir, aunque sea por este noble motivo en torno a la cultura, ese concepto individualista que nos caracteriza, con la decidida implicación de los socios para hacer realidad el objetivo previsto, constatado en esa noche inaugural que para más trascendencia estuvo adornada con un cartel flamenco que levantó de sus asientos al numeroso público que llenaba la peña.

Pedro El Granaíno y la guitarra de Patrocinio Hijo son ahora mismo una de las referencias jóvenes del cante y del toque. Un binomio de alto poder electrizante que hoy adorna el siempre apasionante y complicado mundo del flamenco. Todo lo que hicieron estuvo revestido por la excelencia. Desde la antológica soleá con la que comenzó el cantaor, hasta el cierre por tonás rematados con el pregón de El Uvero, sus cantes fueron un compendio de buen gusto y de transmisión flamenca, tan huérfano el paisaje de hoy de esa cotizada virtud.

Su fuerte influencia morentiana y camaronera nos evocó en ocasiones al neobarroquismo de esas dos principales fuentes de inspiración en las que basa su éxito, aunque sus cuidadas recreaciones manifiestan un planteamiento fresco y lozano, sazonado por una personalidad que sigue creciendo y que tiene en la guitarra de Patrocinio Hijo insuperable respuesta a su reconocida manera de encarar el cante.

Todo un acierto de la Peña la Albuhera en su inauguración oficial, que nos convoca al optimismo ya que el mundo peñístico sigue luchando por la defensa de nuestra cultura flamenca a pesar de los muchos inconvenientes de estos tiempos.