En una rueda de prensa en Minsk, Svetlana Alexiévich aseguró que respeta "el mundo ruso de la literatura y la ciencia, pero no el mundo ruso de Stalin y Putin". "Tampoco me gusta ese 84 por ciento de rusos que llama a matar ucranianos", señaló la escritora, que nació en 1948 en la ciudad ucraniana de Ivano-Frankisk, de padre bielorruso y madre ucraniana. Además, se mostró convencida de que con su campaña de bombardeos en Siria, el presidente ruso, Vladímir Putin, está llevando a su país a un "segundo Afganistán".

Alexiévich abordó el fracaso de la utopía comunista con Hechizados por la muerte (1994), un reportaje literario sobre el suicidio de aquellos que no soportaron el fracaso del mito socialista, y más tarde las consecuencias del desastre nuclear en Voces de Chernóbil (1997). Autora además de tres piezas teatrales y de 21 guiones para cine, cerró el ciclo sobre la vida en la época soviética con Tiempo de segunda mano (2013). Entre sus influencias más importantes resaltan las notas de las experiencias de los soldados en la I Guerra Mundial tomadas por la enfermera y escritora Sofia Fedorchenko y los reportajes de su compatriota Ales Adamovich en el siguiente gran conflicto bélico.

A Svetlana Alexiévich se la ha comparado a menudo con el ruso Alexandr Solzhenitsin y con el periodista polaco Ryszard Kapuscinski, que, según especulan medios suecos, podría habría ganado el Nobel en el 2007 de no haber muerto justo ese año.