Un dibujo en forma de escalera, una pintura de manos en negativo, y restos de tinta roja decorando una estalagmitas - todo ello en tres cuevas en España- son las muestras de pintura rupestre más antiguas conocidas hasta ahora, según una nueva datación que se acaba de publicar en la revista 'Science'. La edad estimada de estas pinturas implica que sus autores solo pudieron ser neandertales: se fechan en hace 65.000 años, 25.000 antes de la llegada estimada de los primeros sapiens a Europa. El hallazgo sería la primera prueba contundente de que los neandertales también tenían pensamiento simbólico. Este no sería una exclusiva de nuestra especie (Homo Sapiens): al contrario, habría surgido mucho antes, posiblemente en el ancestro común de neandertales y sapiens.

El hallazgo se sustenta en una variante de una técnica de datación clásica, el método de uranio-torio. Los autores la afinaron para aplicarla a muestras muy pequeñas, sacadas de las diminutas concreciones de calcita depositadas encima de la pintura por la caída del agua. Al estimar la edad de la calcita, se aseguran de que el dibujo subyacente debe ser más antiguo que esa edad. Los autores argumentan que su margen de error es suficientemente pequeño para excluir que la datación se solape con la presencia de sapiens.

“Esto va a ser un cambio de paradigma en la interpretación de la pintura rupestre: ¿todas las pinturas rupestres son de humanos modernos, o pueden ser más antiguas de lo que creíamos?”, afirma Palmira Saladié, investigadora del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolució Social (IPHES) de Tarragona, no implicada en el trabajo. En efecto, algunas de las pinturas analizadas se conocían desde hace un siglo y se habían atribuido por defecto a sapiens.

“Es un hito: se habían propuesto manifestaciones artísticas en neandertales, pero nunca se habían argumentado de manera tan contundente”, afirma Antonio Rosas, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC, tampoco implicado en el trabajo.

Las fechas de esos hallazgos se solapaban a veces con la llegada de los humanos modernos (como se le suele llamar al Homo Sapiens) a Europa, hace 40.000 años. Sin embargo, antes de esa fecha no hay ni un solo resto de sapiens en Europa, mientras hay trazas de neandertales en todos los sitios. Lo lógico es suponer que ellos sean los autores de pinturas de hace 65.000 años.

Escaleras y manos

En la cueva La Pasiega (Cantabria), se ve un motivo en forma de escalera (los animales que aparecen junto con ese no han sido fechados y podrían ser posteriores). “La escalera es un símbolo, un signo: no representa nada que se pueda reconocer por experiencia, el mensaje es el resultado de una convención social”, explica el paleoantropólogo João Zilhão, que ha participado en la datación.

Lo mismo valdría por las tres manos pintadas en negativo ('stencil') en la cueva de Maltravieso (Extremadura) y por las estalagmitas pintadas de rojo en la cueva de Ardales (Andalucía). “No veo que puedan tener ningún uso que no sea artístico”, afirma Zilhão.

Las implicaciones son mayores. “Ponemos fin a 160 años de controversia sobre si los neandertales tenían una inteligencia igual a las nuestra, o si eran una gente bastante más tonta y por esto se extinguieron: los neandertales están dentro de lo que cabría esperar para un homo sapiens de esa época”, afirma el investigador.

“Ya no queda ninguna calidad básica humana que no tuvieran los neandertales: la barrera del simbolismo era la última cota de humanidad que hasta ahora no habían alcanzado”, comenta Rosas. “El registro [arqueológico] ya no estaba indicando que los neandertales se parecían mucho a nosotros a nivel conductual. Probablemente también tenían un lenguaje complejo. Lo que más me sorprende son los parecidos a las pinturas de sapiens del paleolítico superior”, afirma Saladié.

La afinidad entre sapiens y neandertales sugiere que el simbolismo podría haber aparecido mucho antes de lo que se piensa. Posiblemente, ambos linajes lo heredaron de su ancestro común. “La inteligencia e incluso el lenguaje podría tener incluso 400.000 años”, concluye Zilhão.

¿Misma especie, cara distinta?

Las pinturas atribuidas a nuestros primos evolutivos replantean si son una especie distinta o no. La atribución de unas pinturas rupestres a neandertales lleva a una conclusión atrevida, según el paleoantropólogo João Zilhão. “Los neandertales también son homo sapiens. Hay que acabar con esa dicotomía. Son como una raza distinta, pero humanos como nosotros”, afirma.

“No llegaría a decir eso -replica la paleoantropóloga Palmira Saladié- pero es cierto que hay evidencias de descendencia fértil después del apareamiento: quizás habría que hablar de subesepecies”. “Yo pienso que son especies distintas, con diferencias anatómicas y trayectorias evolutivas diferenciadas. Lo interesante es que ambas especies tengan capacidades humanas. ¿Dónde radican entonces las diferencias? Probablemente no las detectamos en el registro fósil”, afirma Rosas.

Los nuevos hallazgos modificarían la narración de la evolución humana. Hasta ahora, se creía que el simbolismo apareció en África, como rasgo característico del Homo Sapiens, que lo trajo a Europa con su migración. “Esas supuestas capacidades nuevas no lo eran. No es cierto que hubiera una supremacía de los antepasados africanos”, afirma Zilhão.

El investigador cuestiona incluso que la humanidad actual descienda de ese pequeño grupo. “Tenemos que pensar en una sola especie, con flujo genético entre continentes. A día de hoy cada individuo tiene un 2% o 4% de genoma de origen neandertal, y no todos lo mismo. Hay un 40-50% de lo específico de los neandertal que sigue en nosotros”, argumenta.

Un tocador neandertal

Una cueva en Murcia guardaba ornamentos y pigmentos corporales de hace 120000 años. Las conchas horadadas y los pigmentos hallados debajo de una costra de calcita en la cueva de los Aviones, en Murcia, pertenecieron a neandertales. Lo afirma un trabajo publicado en 'Science Advances' en paralelo con otro, publicado en 'Science', sobre pinturas rupestres de nuestro primo evolutivo.

En ambas publicaciones, las conclusiones se basan en un sistema de datación de la calcita depositada por el agua encima de los hallazgos. En el caso de las conchas, la edad estaría entre 115.000 y 120.000 años.

“Son los adornos corporales en concha más antiguos que se conocen, más que los atribuidos a humanos anatómicamente modernos en África y en Próximo Oriente”, afirma Josefina Zapata, investigadora de la Universidad de Murcia y coautora del trabajo. “Y además, eran de neandertales: la fecha de 115.000 años está muy distanciada de la llegada del humano moderno a Europa”, añade.

Hay evidencia de collares decorados más antiguos, como unos grabados atribuidos a Homo Erectus, hechos en una almeja de río en Java hace 400.000 años. El conjunto de estas evidencias sugiere que el pensamiento simbólico sería mucho más antiguo de lo que se pensaba. En particular, que no sería algo exclusivo del Homo Sapiens.

“Los neandertales han mostrado varios tipos de manifestaciones simbólicas: también utilizaban colgantes realizados a partir de dientes o huesos modificados de animales”, añade Zapata.