El escritor y novelista decano de las letras españolas, Ramiro Pinilla, ha fallecido hoy a los 91 años en el Hospital de Cruces, en Baracaldo, cuando estaba preparando el lanzamiento editorial de su última novela, "Cadáveres en la playa", de género policiaco.

Según han informado a Efe fuentes de su casa editora, Tusquets Editores, una complicación de la infección de páncreas que padecía desde hace dos semanas ha provocado la muerte de Pinilla, quien hasta entonces se encontraba perfectamente de salud.

El cuerpo del escritor, que será velado esta noche en el Hospital de Cruces, será incinerado en una ceremonia que se desarrollará en la intimidad familiar, según las mismas fuentes.

El Ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, ha expresado su pesar por la muerte de Pinilla, a quien ha considerado "uno de los grandes escritores en español de los últimos años, un autor hondo y trascendente".

El editor de Tusquets, Juan Cerezo, ha comparado a Pinilla "con García Márquez o Faulkner", y le ha definido como un escritor "maravilloso".

Su fallecimiento ha sido lamentado también por el Gobierno Vasco, la Diputación de Vizcaya y el Ayuntamiento de Getxo, municipio en el que residió desde los 27 años.

El Departamento vasco de Educación, Política Lingüística y Cultura ha destacado que la obra del escritor, al que ha definido como un autor comprometido con Euskadi, es "reflejo de la implicación emocional y los nexos sentimentales del autor con su país y sus orígenes", mientras que la Diputación ha considerado a Pinilla uno de los vizcaínos "de referencia en el mundo de las letras".

El alcalde de Getxo, Imanol Landa, ha destacado su "dedicación, constancia y espíritu de iniciativa" en su labor literaria y ha subrayado que "siempre ha llevado a Getxo en su corazón y le ha inspirado en buena parte de su obra, convirtiéndose en un magnífico embajador" del municipio.

Pinilla, que había cumplido 91 años el pasado 28 de agosto, residía de forma habitual en Getxo, donde en los últimos años compaginaba la escritura con el cuidado del pequeño huerto que tenía en los terrenos de su vivienda.

El escritor vizcaíno, referente de la corriente renovadora de la narrativa española, constituye un caso peculiar en el mundo literario español ya que, tras obtener un rotundo éxito en sus comienzos con su primera novela, "Las ciegas hormigas", desapareció voluntariamente del primer plano del panorama literario nacional, al que no regresó hasta 2004 con la publicación de la macro-obra "Verdes valles, colinas rojas".

El propio escritor confesó, en su momento, en una entrevista con Efe, que la repentina fama y exposición mediática para las que no estaba preparado que supuso el éxito de sus primeras obras, la ya citada "Las ciegas hormigas" (1960) y "Seno", con la que quedó finalista del Planeta en 1972, provocó que optase por cambiar el éxito por la "paz" y la "tranquilidad" del segundo plano.

Gracias a la voluminosa "Verdes valles, colinas rojas", donde relata su particular visión de la historia reciente del País Vasco, de 2.500 páginas repartidas en tres volúmenes, que tardó 18 años en escribir, recibió la mayoría de los reconocimientos públicos a mediados de la pasada década, como el Premio de los críticos españoles, el Nacional de Narrativa y el Euskadi de Novela.

En su haber ya tenía el Premio Nadal y el de la Crítica en 1961 por "Las ciegas hormigas", fue finalista del Planeta por "Seno" (1972) y Premio Euskadi de Novela en 2005 con "La tierra convulsa", primera parte de la trilogía "Verdes valles, colinas rojas".