El traje de faena de los vaqueros fue durante el siglo XX una vestimenta nacida de los despojos de la mejor ropa y que se destinó a las labores camperas, tanto, que el pantalón de vueltas de los jinetes aún conserva la tela blanca en recuerdo al trozo de muselina del mismo color con el que se remendaban los bajos de los pantalones desgastados. Pero los vaqueros tuvieron la suerte de que un maestro de taller, un sastre que vistió, "en la época en la que se usaba traje y corbata y se empleaban los mejores paños nacionales", a los galanes más importantes de la escena española, como Carlos Larrañaga y Arturo Fernández, y que, tras pasar una época difícil, comenzó a vestir a la gente de a caballo. Y fue precisamente en Córdoba donde comenzó a surgir la moda vaquera a través de un sastre gaditano, con taller en Vejer de la Frontera. Se trata de Pepe Berenguer, quien llego a Córdoba y comenzó a vestir, a medida, a un campeón de España de enganches, Antonio Carrillo, al que le confeccionaba todos los años dos trajes cortos para acudir al Rocío; y a otro cochero varias veces campeón nacional, José Barranco. En Córdoba nació la actual moda vaquera, la que viste a los jinetes en las festividades andaluzas y a los vaqueros en la pista.

Córdoba fue, hace 13 años, el resurgir de Pepe Berenguer -de 78 años--, acompañado en ese tiempo por su mujer, Manoli Jiménez, con quien regenta un taller de alta sastrería. Berenguer comenzó a convertir en elegante y ergonómico el traje corto, modificándolo "poco a poco", con mimo, hasta hacerlo muy ceñido, jugando con los movimientos del jinete en el trabajo, pero con elegancia, y recuperando prendas tradicionales como la pelliza vaquera.

En Córdoba, nació la moda vaquera vistiendo a los campeones de España, y actualmente lo sigue haciendo Pepe Berenguer, que viste a medida al actual campeón , Rafael Arcos, a Gonzalo Corrales o Jonatan Peña, y a una quincena de jinetes que estos días se encuentran en el Campeonato de España de Doma Vaquera de Córdoba. Y en el Salón Internacional del Caballo y el Campo está Berenguer, al que la organización le impondrá su insignia de honor.