La portuguesa Mísia presentará en concierto el próximo 21 de febrero su último trabajo, Do primeiro fado ao último tango, resumen de 25 años de una carrera «siempre atenta» a todas las músicas, pero especialmente al fado, el canto, dice en una entrevista con Efe, «al esplendor y miseria del alma». Cada público, dice, tiene una forma diferente de acoger el fado pero cree que en España hay muchas personas interesadas en ese género, en Lisboa y en la literatura portuguesa. Por eso, asegura, tiene muchas ganas de cantar de nuevo sobre suelo español: «Hay una historia larga de amor entre mi flequillo y el público español», dice riéndose.

De madre y abuela catalanas -la primera, bailarina de música clásica, y la segunda, vedette- asegura que ellas dos fueron las personas que más han influido en su música y también son quienes la han aproximado desde niña a todos los géneros musicales, de los boleros al tango.

Quizá estar siempre «atenta a muchas músicas» es lo que la ha llevado a crear lo que se conoce como nuevo fado, que bebe de otros géneros y en los que fusiona los instrumentos tradicionales de la música de su país como la guitarra clásica o la guitarra portuguesa con acordeones y violines, entre otros instrumentos.

«No me considero representante de nada más que de mí misma, pero mi primer disco está considerado por los especialistas y musicólogos como la primera experiencia de nuevo fado que existió», apunta.

Una nuevo género cuyas raíces se encuentran en el fado más tradicional, ya que Mísia dice haber tenido siempre como referencia a Amália Rodrigues, «la más importante fadista de todos los tiempos», y también a Beatriz da Conceiçao o a María Teresa de Noronha.

El fado, que tiene su origen etimológico en la palabra latina fatum, significa fatalidad o destino, pero, según Mísia, el género no siempre define canciones tristes porque es un canto a «los sentimientos y las emociones del alma humana con su esplendor y con su miseria».

«Los grandes poetas escriben para fado», argumenta la artista, que ha interpretado canciones de otros artistas como Luis Eduardo Aute, Joan Manuel Serrat, Chavela Vargas o Camarón de la Isla. El álbum que presentará en el Teatro Nuevo Apolo, formado por cuarenta temas seleccionados y extraídos de doce discos, es un viaje por su amplia trayectoria con paradas en canciones como Ese momento, Ainda que, Fado triste o Valsa das sombras.

Mísia, que confiesa que ha sido «difícil» seleccionar los temas del álbum porque ha tenido que dejar muchas canciones «fuera», define Do primeiro fado ao último tango como «una mirada hacia atrás» en ese camino que ha recorrido durante sus veinticinco años dedicados a la música.

En el próximo concierto de Madrid, que será más largo de lo habitual como corresponde a un trabajo que es un doble álbum, la cantante mencionará a algunos de los artistas que han colaborado en el disco, entre los que se encuentran Iggy Pop, junto al que interpretó Chanson D’Héléne, y Martirio, con la que hizo María la portuguesa.

Mísia, que nació como Susana María Alfonso de Aguiar en Oporto en 1955, ha hablado también sobre la situación de la cultura en su país natal, que define como «mala». «Tenemos un presupuesto muy bajo y eso hiere las programaciones y todas las cosas. Tendría que cambiar la atención del Gobierno a la cultura porque es muy importante» H-