El conjunto monumental Mezquita-Catedral acogió ayer la misa de Réquiem de Mozart a cargo del Coro de Ópera Cajasur dirigido por José María Luque Tirado y la Orquesta de Córdoba, dirigida por Lorenzo Ramos, en esta ocasión unidos a beneficio de Cáritas diocesana, a quien fue destinada íntegramente la colecta llevada a cabo en el transcurso de la eucaristía.

Como en años anteriores, y ya van cinco, el afamado Réquiem estuvo inserto dentro de la solemne eucaristía seguida por unas 2.000 personas y presidida por el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández.

El prelado invitó a los fieles a «mirar a la muerte de frente». En este sentido, señaló que «la fe en la vida eterna no es una proyección sino que procede de la revelación: Dios anuncia que es Dios de vivos no de muertos».

Demetrio Fernández insistió en que «la muerte no es el final, la muerte es un tránsito hacia la vida plena». En su homilia tambien hizo alusión a Mozart, quien a través de la música nos legó «este grito de victoria».

Para concluir su homilia, el obispo invitó a los fieles a «vivir este momento como una ocasión de abrir nuestro espíritu a la luz».

La principal novedad del Réquiem ofrecido ayer en la Catedral cordobesa radica en la interpretación de la música como parte de la liturgia de difuntos, tal y como fue compuesto por su autor en 1791.

Así, la liturgia propia de esta misa contó con la magistral interpretación de la Orquesta de Córdoba y las voces del Coro de Ópera de Cajasur, interviniendo en esta ocasión como solistas la soprano Gala Redondo González, el tenor Rafael Jesús Esquinas Sánchez, contralto María José Cantos Castellanos y el barítono Domingo Ramos Priego.

Una vez concluida la eucaristía el prelado agradeció la participación de los músicos, quienes a continuación pusieron el punto final a este concierto.

Tras la conclusión de la brillante interpretación de la Orquesta de Córdoba y el Coro de Ópera Cajasur, sonó un rotundo aplauso que rompió el silencio que reinó en la Catedral durante toda la celebración.

Cabe recordar que la primera vez que la Orquesta de Córdoba interpretó el Réquiem de Mozart en la Catedral fue en 1993 bajo la dirección de Leo Brouwer, y la segunda en el 2008 con la batuta de Virginia Martínez.

Fue en el año 2013 cuando, por expreso deseo del obispo de la diócesis, Demetrio Fernández, se interpretó por primera vez en la Catedral inserto en la misa de Réquiem, tras y como se escuchó en la tarde noche de ayer en la Catedral.