No es habitual ver al público agradecer al personal de sala la exhibición de la película que acaba de ver. Y así ocurría con este título al finalizar la primera sesión del pasado martes, por ello lo hago público, porque ya se sabe: es de bien nacido...

Pues bien, hay que romper una lanza por aquellos programadores que se arriesgan por hacer un hueco en sus programaciones para ese otro cine, donde la sensibilidad está por encima del entretenimiento más superficial. 'Mil veces buenas noches' está coproducida entre Noruega, Suecia e Irlanda y dirigida por Erik Poppe, quien sabe de lo que habla en este filme, pues durante años trabajó como reportero gráfico en zonas de conflicto.

La protagonista, Juliette Binoche (actriz que no he visto nunca poner el piloto automático en sus interpretaciones), se mete en la piel de una fotógrafa de guerra comprometida a nivel profesional, ejerciendo con rabia su profesión frente a las injusticias que certifica a través de su obra, cosa que le ha llevado a ser una de las mejores reporteras a nivel mundial, aunque a nivel emocional se halla en medio de un dilema, pues se enfrenta a la incomprensión de los suyos, teniendo que decidir entre trabajo y familia. La película se inaugura con un prólogo que pone de manifiesto la valentía de esta profesional de la cámara destinada en Kabul que realiza un reportaje que pondrá sobre la mesa el tema del terrorismo y cómo se lleva a cabo la inmolación de mártires en medio de las calles, acabando por ser herida y teniendo que volver a casa, enfrentándose a una verdadera tormenta emocional donde habrá que decidir entre deseo y deber, entre amor familiar y compromiso con los más débiles y sometidos.

En el resultado final, la balanza parece inclinarse más del lado del drama familiar, sin profundizar del todo en la profesión del fotoperiodista, por mucha publicidad de Canon que se haga.