Ahora, en la muerte de Gene Wilder, uno de los muchos cómicos de origen judío que han enriquecido la comedia estadounidense, sea cinematográfica, televisiva o de monologuistas (Ernst Lubitsch, Groucho Marx, Billy Wilder, Jerry Lewis, Lenny Bruce, Andy Kaufman, Mel Brooks, Peter Sellers, Woody Allen, Larry David, Gilda Radner, Jerry Seinfeld, Ben Stiller, Louis C. K...., una larga tradición), recuerdo una de las primeras veces que vi al actor en pantalla, cuando aún no se había convertido en la presencia más recurrente de la 'troupe' de Mel Brooks.

Es una escena de 'Bonnie y Clyde' (1967), para nada una comedia. Este título fundacional del Nuevo Hollywood es un drama criminal y violento sobre la famosa pareja de delincuentes en la época de la Gran Depresión. En un momento de su andadura secuestran al atolondrado director de una funeraria y su prometida. En un filme sobre enfrentamientos entre enemigos públicos número 1 y la policía, sobre el complejo de Edipo y la impotencia sexual, la aparición de Wilder como el asustadizo funerario ponía una extravagante nota de color humorístico.

Cinco años después, Wilder protagonizó uno de los dos episodios más chocantes de 'Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar'. Si en uno de ellos el director del filme, Woody Allen, interpreta a un espermatozoide en estado de pánico antes del orgasmo masculino, en el otro es Wilder quien da vida a un médico enamorado de una oveja.

FRANKENSTEIN, WONKA, HOLMES...

Para cuando la censura española liberó la película de Allen, Wilder ya era el más divertido barón Frankenstein. Su interpretación paródica del personaje en 'El jovencito Frankenstein' (1974), tan irreverente como tributaria y manierista versión del filme de los años 30 a cargo de Brooks, le convirtió en uno de los comediantes de moda. Su Friedrich (no Victor) Frankenstein es posiblemente la mejor de las composiciones del actor junto al Willy Wonka de 'Un mundo de fantasía' (1971), primera adaptación al cine de 'Charlie y la fábrica de chocolate': más contenido que Johnny Depp, más fiel al personaje descrito por Roald Dahl.

Cuando pasó a la dirección, Wilder fue fiel a las enseñanzas de Brooks, con quien hizo además 'Los productores' (1967) y 'Sillas de montar calientes' (1973). Su debut, 'El hermano más listo de Sherlock Holmes' (1975), coprotagonizada con Marty Feldman, el Igor de la joroba cambiante en 'El jovencito Frankenstein', está en la línea de las parodias de personajes célebres ideadas por Brooks. Por eso sorprendió tanto que Wilder realizara después una comedia diametralmente distinta como 'La mujer de rojo' (1984). El taquillazo de esta especie de reedición de 'La tentación vive arriba', con el torpe Wilder fascinado por la esbelta Kelly LeBrock, le permitió vivir sin apuros durante mucho tiempo.

CON RICHARD PRYOR

Wilder ha fallecido a los 83 años a causa de complicaciones derivadas del alzhéimer. Otro gran comediante, Richard Pryor, tuvo que retirarse a causa de una esclerosis múltiple. Juntos protagonizaron en 1989 'No me chilles que no te veo', una comedia mal resuelta a partir de un gran punto de partida: Wilder, sordo, y Pryor, ciego, se convierten en los sospechosos principales de un asesinato.

Este fue uno de los momentos más 'slapstick' en la carrera de Wilder, buen Frankenstein, mejor Willy Wonka y, como director, obsesionado con recrear ambientes y personajes míticos: en 'El mejor amante del mundo' la tomó con Rodolfo Valentino (1977), y en'Terrorífica luna de miel' (1986), interpretada junto a su esposa Gilda Radner, con los relatos de terror gótico.