Comenzaré por el final, pues recomiendo no abandonar la sala cuando acabe la historia de estas dos madres en lucha (la de acogida y la biológica) y aguantar sentados en la butaca cuando aparezcan los títulos de crédito finales, ya que escuchar la canción, cantada en francés por la niña actriz de este filme (Noa Fontanals, todo un acierto de casting), bien merece la pena.

Una vez hecha esta sugerencia, volvamos al principio de 'Marsella' cuando la actriz María León (conocida por, entre otros trabajos, 'Carmina y amén') aparece encarnando a una mujer en proceso de recuperación, una vez abandonado el alcohol y la vida que le llevó a renunciar a la hija que ahora, pasados los años, quiere ganarse viajando en busca de un padre que ambas confían encontrar en la ciudad francesa que da título a este filme de carretera, donde lo que importa es el camino y donde no sólo se encontrarán con camioneros (un simpático canalla interpretado, como siempre, con garantías de éxito, por Eduard Fernández), sino que aparecerá Goya Toledo (actriz que alcanzó la cumbre con 'Amores perros') en el papel de la otra mujer, la que se ha encargado de acoger a la niña, que no está dispuesta ahora a dejarla marchar.

Al margen de una trama de suspense, introducida con calzador en el conjunto del argumento, la verdadera sustancia reside en el pulso dramático que mantienen estas dos madres coraje por llevarse a esa niña de mirada profunda que esconde algún secreto a descubrir mientras avance el relato.

Belén Macías, la directora de 'El patio de mi cárcel', ha escrito el guión de esta cinta --que tiene algo que ver con 'Furtivas', de Miguel Hermoso-- junto a Verónica Fernández y Aitor Gabilondo, haciendo prevalecer una mirada femenina en este drama que vuelve a plantear el debate sobre si es más madre la que ha parido o la que ha vivido el día a día junto a la hija, como no hace tanto se cuestionaba en 'De tal padre, tal hijo' o en 'El hijo del otro'.