Piano: Joan Albert Amargós.

Guitarra: José Quevedo 'El Bolita.

Violín: Alexis Lefevre.

Contrabajo: Yelsy Heredia.

Trompeta: Julián Sanchez.

Percusión: El Piraña.

Palmas: Jara Heredia y Anabel Rivera.

Lugar: Gran Teatro de Córdoba.

Día: 20 de marzo.

El esperado trabajo que, con el nombre de Tierra a la Vista , presentó la cantaora granadina Marina Heredia se desarrolló en dos partes, dejando ver que no siempre esta ambivalencia con la que se pretende ocupar otros espacios distintos al flamenco es capaz de optimizar el resultado final. En la primera parte, esencialmente centrada en este género, percibimos sus ganas de agradar, aunque hay que tener en cuenta que las delimitaciones de ese terreno no siempre es aconsejable trasponerlas, y más si por una puntual circunstancia la voz no está en la línea de apreciables ocasiones anteriores.

Creemos que el esfuerzo de este montaje no cumplió las expectativas de ver en plenitud a Marina Heredia. Ya en las alegrías del Pinini con la guitarra de José Quevedo El Bolita apreciamos un notable esfuerzo que continuó con la solea, cante por el que confesó "sus preferencias", muy bien en los estilos de Triana, y una reverencia en las buleróas recordando a Adela La Chaqueta , y cómo no, a los tangos granadinos de Tía Marina Habichuela, uno de sus espacios naturales.

Anteriormente El pregón del uvero, la tanda de martinetes, la seguirilla recordando a la Paquera de Jerez y algunas referencias a Bambino cerrando el espectáculo, fue el repertorio flamenco que ofreció a un público que no llenó el Gran Teatro, donde a pesar de las circunstancias citadas la cantaora granadina tuvo destellos de su acreditado talante flamenco. En la segunda parte, en la que suponíamos que estaría presente algún cante de ida y vuelta, se limitó, como justifica esta Tierra a la Vista , a rendir exclusivo homenaje a una serie de conocidos títulos latinoamericanos que interpretó imprimiéndole su indudable personalidad flamenca, evocando las inmortales voces de Gardel, Aceves Mejias o Chavela Vargas entre otros iconos de esas recordadas canciones, con las que Marina Heredia procuró demostrar que sus registros sonoros pueden tener su encaje en la gran diversidad que ofrece la música sudamericana.