Como para resarcir a su público, huérfano de un nuevo disco de Luz Casal desde que publicara Almas gemelas en el 2013, recién concedido el Premio Nacional de Músicas Actuales, la artista anuncia su vuelta al mercado llena de proyectos, entre ellos, una gran gira y, en vez de un álbum, dos. ¿Se siente especialmente inspirada? «O eso o loca de atar», afirma antes de estallar en una carcajada la intérprete de Un año de amor, tema con el que hace más de 25 años enamoró no solo a España, también a Francia, forjando «una pareja de hecho consolidada» que ella alimenta «constantemente».

La última delicatessen que les pondrá en los labios se llama A mi manera (Warner Music), un disco grabado y producido en París que se publicará el 9 de junio en el país galo y en el que rinde homenaje a una de sus intérpretes más carismáticas, Dalida. «Ha significado un hito en muchos aspectos: fue la primera mujer que llenó un estadio de Francia durante varias noches, la primera que tuvo un disco de diamante y vivió amores problemáticos con una naturalidad que para la época debió ser sorprendente», destaca María Luz Casal (Boimorto, La Coruña, 1958). Aunque a nivel estilístico considera que Dalida no tuvo una gran influencia en su carrera, sí aprecia las múltiples coincidencias que existieron en el repertorio de ambas, empezando por la misma Un año de amor (C’est irréparable) o 18 años (Il Venait D’avoir 18 Ans), sobre la relación de una mujer madura con un chico joven y, para Casal, expresión «del amor efímero».

Ese es, insiste, uno de los rasgos que más le gustan de Iolanda Cristina Gigliotti, la franco-italiana nacida en Egipto que durante cerca de cuatro décadas cantó su vida a través de los temas que le hicieron a medida. «Opté por las canciones que representaban de una manera más amplia posible sus diferentes registros y aquellas que tuvieron una incidencia en su vida, como un diario», explica.

Con A mi manera bajo el brazo, Casal ha emprendido una gira internacional que le ocupará dos años entre cinco continentes, con una primera fase a lo largo del 2017 especialmente fecunda en Francia, aunque con paradas también en lugares como Estambul o la triple velada en el Blue Note de Tokio del 12 al 14 de mayo. «Me hace mucha ilusión, porque es una asignatura pendiente desde que en 1992 estuve a punto de ir y no se materializó por un disco que sacaba entonces», explica. Antes de que acabe el año, anuncia además, estará listo su nuevo disco de estudio con composiciones nuevas, de las que, según subraya en tono franco, está «muy convencida».

Casal cuenta que se despertó en mitad de una noche y se dijo: «Tengo el título», aunque se niegue a revelarlo de momento. Este álbum sucederá a Almas gemelas, disco en el que habló de tú a tú con el cáncer de mama que padeció en dos ocasiones. Ella, que no se siente ni «icono ni heroína», coincide dos meses después del fallecimiento de Pablo Ráez con las voces que entonces pidieron que no se llame «luchadores» a los pacientes de cáncer, por ser víctimas arbitrarias. «Recuperarse no depende solo del coraje, eso es una manera casi frívola de enfrentarse a un problema tan gordo como el de la enfermedad», asevera la gallega, que mañana ofrecerá un concierto gratuito a partir de las 20.30 horas en La Real Casa de Correos por el Día de la Comunidad de Madrid.