Apartir de la obra teatral Indendies (pieza que veremos próximamente protagonizada por Nuria Espert en Córdoba), el cineasta canadiense Denis Villeneuve realizó el filme homónimo que le consagró como realizador de prestigio. Luego vinieron éxitos como Prisoners y Enemy (2013) o Sicario (2015), donde gracias a repartos internacionales y una filmación de lo más efectiva supo hacerse un hueco en Hollywood como respetado director que sabe encontrar ese difícil equilibrio entre cine comercial y de calidad. Y ahora, como paso previo al remake de la película de Ridley Scott ya anunciado para el próximo año como Blade Runner 2049, nos presenta su introducción en el género de la ciencia ficción con esta producción híbrida que navega entre el fantástico y el drama metafísico y romántico. Con un prólogo y epílogo cercanos al estilo del Terrence Malick de El árbol de la vida, La llegada, nos presenta el intento de comunicación de una filóloga (Amy Adams) y un científico (Jeremy Renner) contratados por el ejército norteamericano para contactar con los visitantes que llegan a la Tierra en naves situadas en diferentes puntos del planeta. La moda que se ha impuesto con títulos como Interstellar de Christopher Nolan, Gravity de Alfonso Cuarón y tantas otras, donde se busca una belleza plástica en la forma y un contenido que busca cierta profundidad, fuerza a que directores alejados del género se acerquen a éste con mayor o menor fortuna. En el caso que hoy nos ocupa, no acaba de salir mal parado el autor, aunque tampoco realiza su mejor película; no obstante, sin duda, estamos ante una de las propuestas más recomendables de la cartelera. Las interpretaciones que contiene, concretamente la de la protagonista femenina, son todo un aval para que este proyecto haya llegado a buen puerto. Sin duda, el guión encuentra cierto espacio para manipular los tiempos, jugando con lo que piensa el espectador, mientras disfruta de la belleza y profundidad de esta arriesgada producción.