La escritora colombiana Laura Restrepo publicará el próximo mes de marzo su próximo libro, Pecados , en el que novela sobre ocho pecados, desde el asesinato a la vanidad, con historias basadas en hechos reales que "rompen el código entre el bien y el mal" y escritas desde "un limbo moral". Restrepo, que ha participado este fin de semana en Pamplona en un acto de la Fundación Civican, explica que cada uno de los ocho capítulos del libro tiene como protagonista a una persona que, desde la moral religiosa, ha cometido un pecado, pero cuya historia diluye la frontera "entre el bien y el mal".

Una descuartizadora cuyo motivo para el asesinato puede llevar al lector a "justificar su acción"; un incesto en el que la presunta víctima no es tal, pues la trama esconde "una historia de amor"; un verdugo con un código ético tan fuerte que "le obliga a ser pulcro, limpio en el corte", o un adulterio traman un relato en el que se reflexiona también sobre la soberbia y la indiferencia de tres hermanas rubias que veranean en un pueblo de pescadores negros.

La escritora cree que, justamente, la indiferencia "es el gran pecado de la sociedad actual, en la que se convive con la tragedia sin que esta se note". Restrepo asegura que la lectura de su libro puede ser para el lector como la visión de la obra El Jardín de las Delicias , del Bosco, en el que "hay un tránsito fácil entre el bien y el mal, entre el deseo y el castigo". "En cada caso, el código se rompe para que el lector juzgue", indica la escritora, quien destaca que la obra se ha escrito "en un momento de desplome de la ética religiosa y una ética civil que no se construye todavía, que no da pautas definidas". Restrepo considera que nos ha tocado vivir en una época histórica que constituye "un limbo entre fronteras, sin referentes morales y con solo reseñas, que son gelatinosas".

La escritora, que fue durante diez años negociadora de paz, cree que, tras los pecados y el terror, puede llegar el perdón. "El perdón, con solo pronunciarlo, se cumple", dice Restrepo, quien asevera que "hacerlo, pedir perdón, es la oportunidad para empezar de nuevo", porque "el dolor, el rencor, son lastres" para comenzar una nueva vida. Por eso, la escritora cree que en el proceso de paz iniciado en su país el uso "adecuado de las palabras" es fundamental.