Artistas: Love of lesbian, Iván Ferreiro y Joaquín Reyes.

Lugar: Teatro de la Axerquía.

Día: Viernes, 7.

Para quien siendo intolerablemente joven, o quizás viejoven , no conozca el palabro del título, explicarle que se trata de un teclado ochentero y doméstico que imitaba el sonido de algunos instrumentos, además de poseer un indescriptible generador de ritmos. Como elemento cultural de una época, el cacharro no faltó en casi ningún hogar por lo económico, tecnológico y lo de moda que estaba. Seguro que habitó en los dormitorios adolescentes de Joaquín Reyes --quien lo confesó en su monólogo del viernes noche-- y en los de Iván Ferreiro y los Love of Lesbian, a juzgar por la presencia de los teclados --profesionales ahora-- por encima de todas las cosas en sus conciertos de Música entre las Flores.

El resistente minifestival arrancó esta edición en torno a la feria de la Fuensanta con varios fines de semana de espectáculos que se caracterizan por su diversidad. El primero estuvo dedicado al humor y al indie-pop. Reyes, que en realidad pertenece al indie-humor, ofició de telonero de los músicos en plan stand up comedy , demostrando en vivo, sin maquillaje ni disfraz, por qué roza la categoría de referente generacional.

Hubo risas, algo de dispersión manchega y menos gamberradas que las desplegadas en su última vez en Córdoba, en el ciclo La Música Contada , cuando despellejó el videoclip Tengo de Queco. Su hit del viernes volvió a ser musical, viendo la cantidad de pantallas móviles alzadas grabando el archicoreado Hijo de puta , que, cada día, hay que decirlo más.

Ferreiro no tuvo buena compañía. Su voz flotó entre las fauces de unos monstruitos llamados graves que no lograron empañar las sacudidas emocionales que proyectan las letras del pirata vigués. Su concierto fue una especie de reproducción de Confesiones de un artista de mierda , un último trabajo recopilatorio y en vivo, pero sin artistas invitados. Bueno sí que hubo uno, Santi Balmes, teloneando a sus Love of Lesbian en El equilibrio es imposible . El gallego, esta vez sí y a diferencia de su concierto de hace cuatro años, tuvo guiños para los exPiratas con singles como Mi coco , Años 80 o Promesas que no valen nada . Los energéticos lesbianos cerraron la noche enviando globos sonda poperos sobre la Axerquía que el viento comenzó a dispersar por la madrugada cordobesa. La voz de Santi se coló por muchas de las ventanas abiertas de la ciudad y algunos cayeron en la etapa REM mezclado su inconciente con Noches reversibles o los fans de John Boy , mientras el teatro al aire libre botaba con sudor y alegría.

Aunque ni la lírica de uno ni la excitación de los otros se llevaron el oro. Este fue para la conversión de María de Ricky Martin en Matías por el indie-humorista Joaquín Reyes, llevando la letra del tema estrella de bodas y verbenas al terreno de la autoanunciada condición sexual del puertorriqueño: a lo gayer . Reyes se atrevió a capella y con baile, aunque doliese. Muchos aun buscamos el Casiotone para, filantrópicamente, componerle la música con el generador de ritmos y regalársela en un archivo midi.