La película La librería, dirigida por Isabel Coixet, y El autor, de Manuel Martín Cuenca, han sido elegidas ex aequo ganadoras del Premio Forqué al mejor largometraje de ficción.

Es la primera vez en las 23 ediciones de estos premios que conceden anualmente los productores de cine agrupados en Egeda, la entidad de gestión de derechos audiovisuales, que dos películas comparten el galardón principal, al obtener el mismo número de votos.

Las otras candidatas eran Handia, de Jon Garaño y Aitor Arregi; Verano 1993, de Carla Simón; y Abracadabra, de Pablo Berger.

Los equipos de ambos filmes ganadores subieron al escenario a recoger el premio, aunque sólo había una estatuilla preparada. Martín Cuenca no pudo asistir a la ceremonia porque está rodando en Miami, mientras que Coixet aseguró que su película ha tenido que superar «muchos palos en las ruedas» en el extranjero para salir adelante.

Para el protagonista de El autor, Javier Gutiérrez, ha sido además el premio a la mejor interpretación masculina, y el de mejor actriz se lo ha llevado Nathalie Poza por No sé decir adiós, ópera prima de Lino Escalera.

Gutiérrez ya se llevó hace dos años el Forqué y el Goya por su policía de La isla mínima y esta vez se mete en la piel de un tipo normal obsesionado con escribir una novela y dispuesto a todo para conseguirlo. El origen de El autor es precisamente una novela corta de Javier Cercas titulada El móvil.

Poza se impuso en la categoría de mejor actriz interpretando a la hija de Juan Diego, una mujer áspera y difícil, en No sé decir adiós, una película que aborda los códigos de comunicación familiares y la dificultad de aceptar la enfermedad y la muerte.

«Es una película sobre la muerte pero también sobre el amor entre padres e hijos», señaló la actriz, que dedicó el galardón a su progenitor en la ficción, nominado en la categoría de mejor actor.

Muchos hijos, un mono y un castillo, la película de Gustavo Salmerón protagonizada por su madre, Julia, que ha sido una de las sorpresas de la temporada, se ha alzado con el premio al mejor documental.

El palmarés se completa con el premio al mejor cortometraje para Madre, de Rodrigo Sorogoyen, y el Premio Forqué al Cine y la Educación en Valores para Lo que de verdad importa de Paco Arango, un filme benéfico cuya recaudación se destinó en parte a ayudar a niños enfermos de cáncer a través de la Fundación Aladina.

Uno de los grandes protagonistas de la noche fue Carlos Saura, que recogió la Medalla de Oro de Egeda por el conjunto de su trayectoria, que abarca la dirección y el guión de títulos como Cría cuervos, ¡Ay, Carmela!, La prima Angélica o Bodas de sangre y que le han valido reconocimientos como el Oso de Oro de Berlín o el Gran Premio del Jurado de Cannes.

«He tenido mucha suerte porque he podido hacer las películas que he querido gracias a que he tenido grandes productores», señaló Saura, autor de más de más de 40 películas, a sus 86 años.