El escritor Josep Maria Rodríguez (Súria, Barcelona, 1976) ganó ayer el Premio de Poesía Ricardo Molina en su vigésimo cuarta edición con Sangre seca, «un libro sobre ese momento en el que nos damos cuentas de que ya no somos jóvenes y las personas que amamos empiezan a morir, y el amor y el desamor...», comentó.

Este autor es profesor de adultos y reside en Lérida, y explicó que «ha habido una constelación de estrellas, que se han juntado para que yo decidiera presentarme» a este galardón convocado por el Ayuntamiento de Córdoba, ya que Ricardo Molina es un poeta que le gusta mucho y «lo poetas de grupo Cántico son poetas a los que admiro», precisó. Además, hasta ahora no ha publicado con la editorial Hiperión, que es una parte del premio que acaba de recibir junto con una dotación económica de 12.000 euros. Josep M. Rodríguez afirmó que «uno, sin romanticismo ni ingenuidades, escribe libros y se dedica a la literatura porque cree en la poesía, en la literatura», subrayando que «la poesía me ha hecho mucha compañía». Sobre los elogios realizados ayer por el presidente del jurado, el poeta Pablo García Baena, también comentó que «es siempre un motivo de satisfacción».

Este escritor es autor de los poemarios Las deudas del viajero (1998), Frío (2002), La caja negra (2004), Raíz (2008) y Arquitectura yo (2012), recogidos en la antología Ecosistema (2015). Ha obtenido, entre otros, los premios Emilio Prados, Emilio Alarcos y Generación del 27, también ha sido traducido a diversos idiomas y ha publicado el ensayo Hana o la flor del cerezo, y las antologías Yo es otro. Autorretratos de la nueva poesía (2001) y Alfileres. El haiku en la poesía española última (2004), entre otras obras.

El director general de Cultura en el Ayuntamiento de Córdoba, Juan Carlos Limia, dio a conocer ayer el fallo del jurado acompañado por sus miembros, que han sido García Baena, Jesús Munárriz (director de Hiperión), Antonio Lucas, Aurora Luque y Guadalupe Grande. El poeta de Cántico explicó que «hemos acertado» premiando «un libro nuevo, impactante, que se leerá con gusto», a lo que añadió que «empieza como un buen augurio para ese centenario de Ricardo Molina que vamos a celebrar a partir del 28 de diciembre». En referencia a la próxima edición, bromeó al manifestar que «incluso podríamos aumentar el premio, que no se enteren las autoridades». Por su parte, Guadalupe Grande instó a «replantearse las posibilidades» y opinó que «es difícil que a un premio como este se presente alguien con 20 años». A su juicio, «las instituciones deberíamos plantearnos cuál es la mejor manera de abrirle paso a la poesía».