NACE EN CORDOBA (1950).

TRAYECTORIA LICENCIADO EN BELLAS ARTES, FUE PREMIADO COMO PRIMERO DE SU PROMOCION. CULTIVA MUCHOS REGISTROS ARTISTICOS.

Es inquieto y sereno a la vez, de un profundo pensamiento que impregna formas, materias y colores pero divertido y travieso cuando quiere, que es casi siempre. José María Córdoba es un artista completo y complejo que lleva el recuerdo de su ciudad natal mucho más allá del apellido, aunque escogiera hace tiempo la costa malagueña para vivir y crear. Hoy regresa a sus orígenes con la exposición Bronce , que se inaugura esta tarde en Studio 52-Juan Bernier, la misma galería donde, siendo aún estudiante de Bellas Artes en Sevilla, experimentó su primer contacto con el público en una época en que Córdoba mitigaba con libertades artísticas la grisura del ambiente político y social.

--¿Cómo recuerda aquellos comienzos?

--Fueron excepcionales, porque desde niño era muy aficionado al arte, y seguía las exposiciones muy de cerca, tanto las que había en el Círculo de la Amistad como las del entonces Monte de Piedad y la Caja Provincial. Y para mí fue un orgullo exponer con 24 años en la galería de Pepe Jiménez, donde exponían Pepe Morales, Duarte, Zueras, Pedro Bueno, Liébana y otros nombres de la vanguardia cordobesa.

--¿Ha cambiado mucho su forma de entender el arte, cuatro décadas después?

--Ha habido una trayectoria larguísima, con más de 200 exposiciones nacionales e internacionales. Me siento un artista libre y multidisciplinar.

--En esta ocasión mostrará su más reciente obra en bronce, figuras de apariencia lúdica y cargadas de ironía. Se ve que atraviesa una etapa de buen humor.

--Son como personajes sacados de mis cuadros. Es mi primera exposición de figuras de bronce, así que vuelvo a Córdoba con un estreno. Busco que las obras tengan significado, que cuenten cosas. Y los registros son amplios, puede haber humor, ternura... sentimientos que no puedo expresar en un solo objeto, por eso mi obra es muy variada. Está el tema del ejecutivo que se contrapone a la figura del payaso, muy actuales tal como está el panorama del país. Hay otra pieza que se llama Tristeza , basada en el dolor, que pensé en su día para ilustrar los malos tratos, una lágrima en un rostro de mujer. Pero luego hay otra que es un mono lector, que no puede ser más irónico. La muestra contiene mucho surrealismo.

--Hay un punto travieso en su obra, ¿le gusta provocar?

--Mi objetivo no es provocar a nadie sino a mí mismo, divertirme y ver si soy capaz de sacar una chispa. Unas veces soy muy serio y otras veces juego.

--Ha hecho escultura, pintura, grabado, diseño ambiental...

--...Y cine, eso es lo último que he hecho. El 14 de noviembre estrenamos en Vimcorsa un documental que se llama Morphogénesis , es decir, el nacimiento de la forma. Es un corto de 23 minutos que ha dirigido Nacho Recio y del que soy actor y coguionista. Es una vídeocreación, una cosa muy creativa que se basa en mi propia obra y ha sido seleccionada para un festival en Madrid.

--Parece que lo suyo es la experimentación, porque también hace 'colagrafías'. ¿Qué es eso?

--Son sistemas de grabado modernos donde en vez de quitar materia a la plancha se la añadimos. Y se utiliza en plásticos, látex... soportes actuales.

Lleva razón al autodefinirse como "multidisciplinar". A lo largo de estas cuatro décadas José María Córdoba se ha movido con soltura en muy distintos lenguajes artísticos, desde el realismo de temática social de sus inicios, la abstracción y la influencia del cómic hasta, en los últimos años, lo que llama "la deconstrucción" que, dice, "es como leer entre líneas un discurso para crear unas relaciones nuevas". "Todo obedece a un signo de los tiempos, a la globalización y el mestizaje actual --explica--. Tenemos tantas influencias que renuncié al camino único, aunque yo eso de mezclar cosas lo he hecho desde el principio y es una forma de quedarme en paz con mis inquietudes".

--Cualquiera diría que, aparte de artista, es usted un filósofo.

--Leo mucho. En 1995 se celebraron en el Colegio de Arquitectos de Málaga debates sobre la deconstrucción que yo organicé. Lo hice sobre todo para entenderla yo.

--Vive en Fuengirola, pero se ha pasado la vida viajando. ¿No se plantea volver a Córdoba?

--Me he movido, y además exponiendo, por Dinamarca, Holanda, Francia, Italia... He viajado mucho y mi obra está muy repartida. Llegué a Málaga desde París buscando el calor y allí me quedé, pero Córdoba siempre está presente en mí, es una ciudad muy potente, con mucha historia y las tradiciones muy ancladas. Cuando vuelvo solo bebo fino en rama, un vino con memoria.

--¿Qué prepara ahora?

--Quiero ampliar el concepto de la escultura, sacar los personajes de mis cuadros y darles vida propia. Necesito aventuras nuevas, vencer retos.