La Real Academia de Córdoba ha acogido la conferencia impartida por el teniente coronel Isaac López, jefe del segundo Batallón de Intervención en Emergencias de la Unidad Militar de Emergencias (UME) con base en Morón de la Frontera, en la que ha explicado el origen, funcionamiento y objetivos de la citada unidad y la integración de las Fuerzas Armadas en el sistema nacional de protección.

López García ha puesto especial énfasis en reconocer la importancia de la coordinación entre administraciones y cuerpos y fuerzas participantes en la asistencia de emergencias para que las actuaciones sean exitosas, lo que dijo que afortunadamente viene funcionando perfectamente. Asimismo, reconoció la labor de las personas y entidades que "desde el minuto uno actúan" ante una catástrofe o suceso, porque su intervención resulta fundamental

Junto a ello, el tiente coronel ha ido explicando el origen de la implicación de las Fuerzas Armadas en catástrofes y emergencias, que se remonta al reinado de Carlos IV, que fue cuando se redactó el primer reglamento sobre esta materia; y cuando aparece la primera normativa sobre Protección Civil en España, datada en 1941, con la creación de la Jefatura Nacional de Defensa Pasiva.

En su recorrido, hizo también un alto Isaac López para explicar la normativa actual y las funciones de las Fuerzas Armadas, a las que se le encomienda, junto a otras fuerzas y administraciones, la labor de

"preservar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos en los supuestos de riesgo, catástrofe o calamidad".

En concreto, la UME tiene encomendadas actuaciones genéricas, relacionadas con los incendios forestales, inundaciones, grandes nevadas, seísmos, accidentes ferroviarios y aéreos, catástrofes medioambientales y apoyo a los damnificados, además de rescates subacuáticos, rescate urbano, apoyo a la movilidad o en actuaciones espeleológicas, apuntalamiento de bienes históricos y patrimoniales, entre otras muchas.

La UME cuenta en España con 3.500 efectivos, de los que 475 se encuentran en el batallón de Morón y los demás se reparten por Torrejón, Valencia, Zaragoza, Canarias y León.