Homenaje a la cultura popular y a la tradición

Autor: Fernando Solano

Lugar: Teatro Góngora

Qué duda cabe de que la intencionalidad de Fernando Solano y sus colaboradores en estas Arenas Nobles se ha centrado en magnificar buena parte de lo que abarca nuestra cultura popular y la incidencia que ésta ejerce en nuestro tejido sensitivo, siempre anhelante de verse reflejado en las cosas que le imprimen carácter y más si se refieren a nuestras tradiciones. La obra está pensada para remover nuestras respectivas sensibilidades convenientemente retratadas mediante la exposición del folklore, baile, copla, música, poesía gongorina y lorquiana, magníficamente recitada por el propio Fernando, cuya versatilidad se centra en el baile, su perfil más visible, así como en el montaje y la coreografía.

Desde el principio, la incursión por los pasillos del teatro del cuerpo de baile hasta llegar al escenario para bailar la Jotilla Aceitunera de Pozoblanco, abriría la puerta para el despliegue de lo ya anunciado, comenzando con la falseta de soleá del reloj de las Tendillas que grabara Juan Serrano y que daría entrada al folklore, representado por las Peteneras de Córdoba, El Vito y Las Cordobesas, intento fallido, éstas, de popularizarlas por los años setenta en la fiesta de los Patios y la Feria Cordobesa, hasta la Córdoba de Albéniz, bien bailada por el propio Fernando, que con Ana Espino fueron los ejes vertebrales de la danza, secundada por un elenco de alumnos y alumnas del Conservatorio Profesional de Danza Luis del Río que cumplieron dignamente con su papel. Fandangos de Lucena, Alegrías de Córdoba, Serenata a la Mezquita, Córdoba (de Medina Azahara), Puente de San Rafael en la voz apasionada de Álvaro Vizcaíno y cierre por bulerías fue lo que dio de sí este espectáculo en el que el violín de Eles Bellido, el piano de JJ. Villena, el cante de Rocío de Dios y la guitarra de José Luis Antolín fueron los notables protagonistas de poner música, voz y color a este trabajado montaje en el que echamos de menos alguna que otra evocación de las grandes figuras reflejadas en el programa de mano.