'Miguel de Molina al desnudo'.

Intérprete: Angel Ruiz.

Música: César Belda.

Director: Juan Carlos Rubio.

Producción: Jorge Javier Vázquez.

Lugar: Teatro Góngora.

Fecha: 8 y 9 de mayo del 2015

Con un Teatro Góngora lleno de público ávido por asistir a este nuevo montaje de Juan Carlos Rubio, pudimos ver a un pletórico Angel Ruiz desgranar sobre el escenario toda la serie de matices que son necesarios para ahondar en un personaje que, en la primera mitad del pasado siglo, representara el artista malagueño Miguel de Molina, que revolucionó la canción española y, por ende, la copla, propia de cantantes femeninas hasta ese momento.

Recreación casi arqueológica de la vida del artista, que el propio Ruiz ha sacado de su autobiografía, Botín de guerra , y de la entrevista que Molina concediera a Carlos Herrera poco antes de su muerte. Ruiz da vida al personaje invitando al público a que represente el papel de periodistas que asisten a la última y póstuma rueda de prensa del cantante y bailarín.

Sobre el escenario, solo una silla, una mesita auxiliar y el piano, al que César Belda hace casi hablar cuando matiza los fondos musicales de las canciones con las que se subraya el texto. En un momento del espectáculo, Molina pone en labios del actor la siguiente frase: "No me arrepiento de nada de lo que he hecho, porque yo no he hecho mal a nadie". A partir de aquí surge el personaje mordaz, revolucionario, procaz, deslenguado y homosexual reivindicativo y orgulloso. Se revela a través del trabajo de Juan Carlos Rubio, que conduce a Angel Ruiz por toda una parte de la historia de esta España franquista que castigó a muchos artistas por el simple hecho de tener otras ideas. Y Miguel de Molina fue un artista moderno, rebelde, que no permitió que las personas que despreciaron su arte mediante el solo y triste hecho de acusarle de homosexual, pudieran con él.

Todo ello está perfectamente transmitido por Angel Ruiz desde el escenario con un excelente dominio de la voz hablada y en las canciones. Los temas musicales, tan conocidos como Ojos verdes, La bien pagá, Triniá o El agüita del querer , entre otros, muestran un excelente dominio de la voz; también Ruiz domina la escena interactuando con el público, al que consigue hacer reír, relajarse y emocionarse a través de la historia, su historia.