El compositor Ramón Medina Ortega, natural de La Alcarria, llegó a Córdoba con 10 años, edad con la que ingresó en el coro de la Catedral. Desde entonces su vida no se apartó de la música y, aunque no llegara a ejercer como compositor de manera profesional, desde la taberna El Pancho, y acompañado de la Peña El Limón, dio a luz una inmensa obra dedicada a Córdoba. Entre sus canciones más populares se encuentran 'Caminito de Santo Domingo' o 'Las campanas de La Mezquita', canciones que, ya en vida, le reportaron la fama. Tras su muerte, el 1 de noviembre de 1964, recibió el título de Hijo Adoptivo de la ciudad, al que acompañó una efigie suya ubicada en la plaza de San Agustín.