La ciudad vacía y el calor de agosto han servido de escenario en Valencia para el rodaje de una historia sobre tres mujeres que buscan a alguien en quien confiar, que bajo el título De espaldas al mar esconde un proyecto cinematográfico independiente y que nace de la solidaridad artística del sector.

El entorno del Palau de la Música, el campo de entrenamiento del Levante UD y el interior de varios apartamentos conforman el marco por el que se entrelazan las vidas de tres personajes creados por el director valenciano Guillermo Escalona para su segunda película. En tan sólo tres semanas, un equipo de cincuenta personas ha dado vida a un texto de Escalona, Silvia Ibáñez y Constanza Fernández, producida por Desperta Films y que ha contado con la colaboración de productoras valencianas como Indigo Media, Malvarrosa, TVON, Volya y Tatzen junto a la mallorquina Ciesimitges.

Para el director, productor y guionista, los detonantes de la historia --es una película dura e incómoda", afirma-- son un salmo bíblico ("¿a quién confiaré mi tristeza?") y el cuadro de Sorolla El pie herido , que marcan las historias de las tres mujeres protagonistas.