«España tiene una relación indigna con su pasado», aseguró ayer la escritora Almudena Grandes, que considera que la batalla «por la memoria» se terminará ganando y ha destacado la «enorme deuda» que tiene el país con sus «resistentes» que mantuvieron la lucha contra el franquismo 37 años. Almudena Grandes presentó ayer Los pacientes del doctor García, editada por Tusquets, la cuarta entrega del proyecto narrativo de seis Episodios de una guerra interminable que la autora inició en el 2010 y que aborda la lucha contra el franquismo que se llevó a cabo desde la diplomacia.

Una novela de espías cuando la vía diplomática era el último recurso de los republicanos en el exilio para intentar que los aliados se acordaran de que seguían existiendo, pero al final, dice, «son los verdaderos malos» porque «les gustó más» Franco que los republicanos españoles, que se quedaron «solos en mitad de la nada». Cuando Almudena Grandes descubrió en un libro en el número 14 de la madrileña calle Galileo que había operado durante la posguerra una red de evasión de criminales de guerra nazis dirigida por una mujer alemana y española, nazi y falangista, llamada Clara Stauffer, la historia la «secuestró», explicó.

Una red clandestina, nunca reconocida por Franco pero con la que los nazis evadidos se sintieron en España «como en casa» protegidos por el Estado a través de Stauffer, la única mujer de la última lista de personas reclamadas por Naciones Unidas relacionadas con el nazismo y España nunca la entregó.