El Gran Teatro de Córdoba revivió ayer las últimas horas del poeta granadino Federico García Lorca en un espectáculo a cargo de la compañía Histrión, Lorca, la correspondencia personal, producido en colaboración con el Centro García Lorca, el Teatro Cervantes de Málaga, el Lope de Vega de Sevilla, el Gran Teatro de Córdoba y la Junta de Andalucía. Dirigida por el cordobés Juan Carlos Rubio, la obra revisa de forma innovadora el mundo del poeta a través de sus cartas personales, las que escribe antes de morir «encerrado entre las cuatro paredes de su celda, donde deja volar su desbordante imaginación recordando los principales momentos de su vida» y se dirige con textos teatrales, surrealistas, burlones dirigidos a familiares o amigos. Los actores Gema Matarranz y Alejandro Vera dieron vida a una obra «que sigue más fresca que nunca».