El poeta Pablo García Baena, que a sus 93 años continúa en plena actividad, fue el encargado de abrir ayer tarde la programación de la Cátedra Luis de Góngora en la Casa dedicada al escritor culterano. Dos grandes poetas cordobeses frente a frente ante la historia, en un sencillo acto que consistió en la lectura y glosa posterior --cargada de belleza y nostalgia de tiempos idos-- del famoso Soneto a Córdoba , sobre el que García Baena hizo una personal aportación "que quizá me rebatan los gongorinos". Para el Príncipe de Asturias de las Letras --que mantuvo luego una charla ante el público con Joaquín Roses, director de la Cátedra Góngora-- los versos "¡Oh sierras levantadas que privilegia el cielo y dora el día" no aluden "al clima apacible sino a la santidad, a los monasterios que siembran esos parajes, llamados también Sierra de los Santos, desde la época de los mozárabes".

García Baena recordó cómo llegó a Góngora de la mano de su madre, que de niño lo llevaba a visitar la Mezquita-Catedral, lo que le acercó a su tumba en la capilla de San Bartolomé. Y se recordó a sí mismo leyendo con 7 años el cuadernillo de Rey Díaz sobre el poeta en torno al tercer centenario de su muerte.