Murió el genio de las letras, el creador del realismo mágico y del mítico Macondo, el escritor colombiano al que muchos consideran el autor más importante del siglo XX. A la edad de 87 años y enfermo desde las últimas semanas, el premio nobel Gabriel García Márquez falleció el jueves en su residencia de la capital mexicana, en la paz de su hogar. Fue a las 14.00 hora local (19.00 GMT) cuando murió el autor de Cien años de soledad , que se había afincado en la capital mexicana desde hace medio siglo, pero que seguía fiel a su nacionalidad colombiana. García Márquez "se queda en sus libros, y se va a quedar no ahora, no para nosotros, porque dentro de 500 años y dentro de mil, si existimos, habrá quienes estén leyendo al Gabo", afirmó la autora mexicana Angeles Mastretta.

El fallecimiento de García Márquez se produjo en medio del hermetismo que rodeó su estado de salud desde que el 31 de marzo pasado fue hospitalizado. En el hospital fue tratado por una infección pulmonar y en las vías urinarias, y dado de alta ocho días después. El 8 de abril llegó a su casa en camilla, trasladado por una ambulancia del hospital donde estuvo internado, y salió de allí el jueves, ya sin vida, en una camioneta fúnebre gris que llegó a la vivienda tres horas después de su fallecimiento. En el trasiego de parientes y amigos que se acercaron a su domicilio, que tuvieron que pasar por un enjambre de periodistas agolpados a la puerta, se pudo ver al menos a uno de sus hijos, Gonzalo. A pesar de la presencia de decenas de periodistas, ninguno de los parientes aceptó dar detalles sobre la muerte del Premio Nobel de Literatura de 1982.

Las autoridades mexicanas anunciaron que el lunes rendirán un póstumo homenaje al autor de El coronel no tiene quien le escriba , en el Palacio de Bellas Artes, sede de los principales actos culturales que se celebran en esta capital. Mientras, el mundo entero expresa su pesar por la pérdida, y rosas, girasoles y hasta un arreglo enviado por la cantante colombiana Shakira llegaban ayer a la casa mexicana en la que vivió Gabriel García Márquez, un día después de que su muerte enlutara las letras españolas. Pero también llegan banderas colombianas de connacionales del escritor, famosos o no, que en las últimas horas han querido acercarse a la vivienda, en el barrio residencial de Jardines de Pedregal, para rendirle un último homenaje. Carlos Eduardo Quiroga, de 36 años, un colombiano que vive hace 13 años en México, se presentó para depositar en una esquina del portón un pequeño ramo de rosas amarillas, las favoritas de García Márquez. En los últimos cumpleaños, cuando aparecía para saludar a los periodistas el 6 de marzo, solía llevar una rosa amarilla en la solapa, y durante ese saludo recibía más de sus admiradores. El escritor vivió los últimos años alejado de los reflectores, con esporádicas salidas en la capital mexicana para reunirse con sus amigos y asistir a conciertos, siempre de buen humor. Nunca le gustaron las multitudes, pero sus apariciones públicas, debido a la demencia senil, se redujeron al máximo.

La viuda del premio nobel, Mercedes Barcha, está "llena de tristeza", contó el periodista mexicano y amigo de la familia Jacobo Zabludovsky, poco después de llegar a la residencia para dar el pésame a los parientes del escritor. "Está bien, contesta constantemente al teléfono, llena de tristeza, pero tranquila", agregó.

Representantes de la embajada de España en México entregaron en la casa del escritor colombiano dos cartas de pésame de la Casa Real de España. Según informó uno de los representantes diplomáticos, las cartas fueron enviadas por los Reyes de España --Gabo puso mucho interés en conocer al Rey Juan Carlos, y así lo hizo por mediación de Víctor García de la Concha, naciendo entre ambos una buena amistad-- y por los príncipes de Asturias, e incluyen condolencias a la familia del autor.