El ciclo Flamenco y Flamencología, inscrito en el programa conmemorativo de los 100 años del nacimiento del poeta integrante y promotor de Cántico Ricardo Molina, arrancó ayer por la tarde en el centro flamenco Fosforito, situado en la Posada del Potro, con una mesa redonda, a modo de entrevista, entre el catedrático de Flamencología Faustino Núñez y el cantaor Antonio Fernández Díaz Fosforito. Tras el interesante e ilustrativo debate en torno a Ricardo Molina, fundador del Concurso Nacional de Córdoba, tuvo lugar la Velá en la Sala de las Canastas de Bodegas Campos, con la actuación de Julián Estrada, al cante, y Jesús Zarrías, a la guitarra. Fosforito comentó a este periódico poco antes de comenzar el debate que a Ricardo Molina, «que era un hombre sabio, se le debe la recuperación de la Llave del cante». La tercera Llave de oro se le otorga a Antonio Mairena en el primer Concurso Nacional de Cante Jondo que se organiza en Córdoba, promovido por el Ayuntamiento en 1962. Como ayer relató Fosforito, «Ricardo, como organizador de aquel evento tan importante y trascendental del flamenco, puso en orden a un montón de gente, salieron unas bases del concurso y se le debe la recuperación de la tercera Llave». El concurso, explicó, «se hizo en la Corredera, donde participaron cuatro cantaores que yo ayudé a buscarlos, porque no era fácil encontrarlos según el modelo de bases que requería aquel concurso flamenco». Antonio Fernández señaló que «había que cantar tres cantes por soléas, tres por seguiriyas, tres por tonás y un cante libre». Esta tercera Llave cierra la época de la denominada Ópera Flamenca y con ella se llega prácticamente hasta la época actual.

Fosforito, que apuntó que Ricardo Molina era 15 años mayor que él, pero con el que mantuvo una gran relación, dijo que «a Antonio Mairena no lo conocía entonces la gente, no tenía un premio que lo avalara como gran cantaor que era, y se creó la Llave pensando en él y Antonio dignificó la Llave». Por otra parte, el cantaor pontanés describió al poeta de Cántico como «un gran amigo, un gran conversador, un gran poeta y un hombre sensible y, a partir del concurso, que yo me quedé a vivir en Córdoba un tiempo, tuvimos una relación constante de la taberna, de la tertulia, de las charlas de flamenco, de toros... Ricardo era un hombre muy inteligente».

Hoy, en la Velá de Bodegas Campos actúa Eva de Dios al cante y Paco Arriaga a la guitarra.