Apoco más de una semana para las nominaciones (el próximo 23 de enero), ya se puede predecir con bastante certeza qué películas y qué nombres propios competirán en los próximos Oscar. Solo un gran sindicato, el de los actores, ha anunciado sus nominados por ahora, pero un grupo de películas (y los talentos a su alrededor) se perfilan claramente como favoritas gracias al favor de crítica y público, y su habilidad a la hora de capturar el zeitgeist.

Tres películas parecen favoritas para acaparar nominaciones, incluyendo la de mejor película: Déjame salir, La forma del agua y Lady Bird. La primera no se estrenó en otoño, cuando los títulos oscarizables se agolpan en la cartelera, sino a principios de año; mayo en España. Sin embargo, el thriller social de Jordan Peele no ha caído en el olvido en los últimos meses: ha sido premiada por cinco asociaciones de críticos estadounidenses, a todo el mundo le gusta, y su exploración del racismo enquistado en la sociedad (divertida a la par que terrorífica) resulta de una triste actualidad.

Historias (im)pertinentes / El romance entre una mujer muda y un tritón que nos cuenta Del Toro en La forma del agua también tiene una lectura política relevante. La criatura anfibia que enamora a Sally Hawkins representa, según contó el director en el Vulture Festival de Los Ángeles, «al otro. Vivimos en un tiempo en el que demonizamos al otro. Nos dicen que debemos temerlo. (Nos dicen) en todas partes, constantemente, por qué tenemos que dividir el mundo entre nosotros y ellos, ya sea por raza, religión, gobierno, preferencia sexual, género; cualquier cosa que cree esta falsa división entre nosotros y ellos, y quedemos solo nosotros. Solo hay nosotros». La forma del agua ha arrasado en las nominaciones a los Globos de Oro, aunque no ha obtenido la de mejor reparto en los premios del Sindicato de Actores, casi un requisito obligado para ganar el Oscar a mejor película.

Sí que ha logrado esa nominación Lady Bird, el debut en la dirección de la actriz Greta Gerwig, drama en torno, sobre todo, a una relación madre-hija bastante intensa (¿y cuál no lo es?). Los críticos han celebrado el filme en masse (hasta hace muy poco tuvo un redondo 100% en Rotten Tomatoes), el público también la adora (ya ha superado a Moonlight como título más exitoso de la aplaudida productora-distribuidora A24), y en un año marcado por la toxicidad masculina en Hollywood, parece el momento adecuado para premiar una película escrita, dirigida y protagonizada por mujeres.

También de su conversación con preocupaciones actuales (los ataques de Trump a la prensa) podría beneficiarse el drama periodístico Los papeles del Pentágono, de Steven Spielberg, aunque más que de periodismo parece hablar de institucionalismo.

Otras casi seguras nominadas a mejor película serán Llámame por tu nombre, de Luca Guadagnino, aunque algunos gurús consideran que la Academia no es tan progresista como para premiar dos años seguidos a una película con amor gay en el centro (el año pasado fue Moonlight); la épica Dunkerque, de Christopher Nolan, aunque probablemente tendrá que contentarse con premios en los apartados llamados técnicos, o Tres anuncios en las afueras, de Martin McDonagh, premiada por el público en Toronto y con gran presencia en las nominaciones del Sindicato de Actores. Una de las categorías más excitantes de este año es la de mejor director, esencialmente porque podría estar poblada por debutantes (Gerwig por Lady Bird y Peele por Déjame salir) o veteranos que, curiosamente, nunca han sido reconocidos en este apartado, como Del Toro, Nolan y McDonagh.

Sangre fresca / En el apartado actoral también podría darse una doble batalla de bright young things contra viejos lobos. Saoirse Ronan (Lady Bird) es favorita a mejor actriz, como también la veterana Frances McDormand (Tres anuncios en las afueras). Y el joven Timothée Calamet (22 años), fuerza motriz de Llámame por tu nombre, tiene como principal adversario al transformado (en Churchill) Gary Oldman de El instante más oscuro, perfecta pieza de acompañamiento a Dunkerque.

Otras favoritas en el apartado de mejor actriz son Sally Hawkins (La forma del agua), Margot Robbie (Yo, Tonya) y Meryl Streep (Los papeles del Pentágono). Acompañando a Streep al frente del brillante reparto del filme de Spielberg (con muchos actores de las mejores series de los últimos años) encontramos a Tom Hanks, al que podría caerle su primera nominación en casi veinte años: la última fue, aunque cueste creerlo, por Náufrago. También podrían competir por la estatuilla al mejor actor Daniel Day-Lewis (por su interpretación teóricamente final en El hilo fantasma) y James Franco (The disaster artist).

En el apartado de actor secundario, Willem Dafoe parece destinado a recibir una nominación por The Florida project, drama sobre pobreza infantil del director de Tangerine; si se lo llevara, sería casi un Oscar honorífico. Y Christopher Plummer, reemplazo de última hora del caído en desgracia Kevin Spacey en Todo el dinero del mundo, podría figurar también entre los nominados, igual que en los Globos de Oro. Sería justicia artística, pero, sobre todo, social. Dos gloriosas veteranas como Allison Janney (Yo, Tonya) y Laurie Metcalf (Lady Bird) son favoritas a mejor actriz secundaria. La ceremonia de entrega de los 90º premios Oscar se celebrará en el Dolby Theatre de Hollywood, Los Ángeles, el próximo 4 de marzo.