Primera dosis de rock en la presente edición del Festival de la Guitarra de Córdoba. El legendario grupo Europe llegaba al Teatro de La Axerquía en su único concierto en España. Por tanto, llenazo total de un público llegado de todas partes para corear los grandes himnos de una banda estigmatizada por uno de los temas más escuchados, reproducidos e imitados de las últimas décadas, The Final Countdown.

Quien no haya seguido la intermitente trayectoria de este grupo, el pasado miércoles tuvo la oportunidad de comprobar y celebrar que aquel sambenítico apelativo de Rock de peluquería no tenía nada que ver con la realidad, y menos con la actual. El reciclado estético-musical progresivo experimentado durante todo este tiempo y mostrado en este concierto hace pensar que aquella apariencia y sonido de final de la década de los setenta, además de seguir proporcionándoles jugosos dividendos, solo pertenece a aquella época, si bien, eso sí, afectó con mucho a la historia del inmortal género del hard-rock. No obstante, Europe, con un sonido realmente impecable, ofreció en Córdoba un concierto con una solvencia instrumental y vocal a gran nivel. Empezando por John Norum, aquel guitarrista que, tras digerir el empalago de la famosa Carrie, volvió a la banda en su reunión de 2003 abogando por desterrar, que no desdeñar, aquella imagen para adolescentes de «goma de mascar y cosas tipo perro lanudo de rock», en pos de un sonido más duro, sin perder de vista a sus inexcusables éxitos glam.

Lo consiguieron, y él estuvo pletórico en el concierto, escrupuloso con cada una de sus intervenciones, ya fuera con la Strato o con la Gibson. Todo el actual quinteto dio muestras de una gran profesionalidad en un espectáculo sin fisuras, medido al milímetro por una banda de gran calibre que parece mejorar a través de los años. Destacable la forma de Rolf Magnus Joakim Larsson, más conocido como Joey Tempest, cantante, compositor y cofundador del grupo junto a su amigo John Norum.

A sus 54 años, Tempest mantiene sus característicos timbre y tesitura como si no hubiera pasado el tiempo.

El respetable participó acompañando los solícitos estribillos de estos himnos, e incluso los nuevos temas de su último disco, que presentaban en España, Walk the Earth. Fue una velada, con sorpresivo guiño a Bob Marley incluido, que resultó quizás demasiado corta y en la que se echó en falta algún regalo más en forma de bis tras la delirante The Final Countdown.