Con un puñado de nuevas canciones en el bolsillo, Pedro Guerra llega hoy a Córdoba para ofrecer en Golden Club, a las 21.00 horas, una actuación íntima y cercana en la que, además de desgranar los temas de sus últimos discos, Arde Estocolmo --de canciones propias tras cinco años de silencio-- y 14 de ciento volando de 14 --en el que ha puesto música a sonetos de Joaquín Sabina--, también hará un repaso por los grandes éxitos acumulados durante sus más de treinta años de trayectoria, acompañado por el teclista Luis Fernández y apoyado por algunas secuencias de luz, batería y percusión, «a medio camino entre tocar solo con la guitarra o con una banda».

-¿Le gustan los escenarios pequeños, con el público cerca?

-Cualquier escenario donde hay un público atento y la comunicación es buena, me gusta. Ciertamente, aquí se gana mucho en cercanía y en intimidad. Yo, en cierta forma, me curtí en este tipo de locales y me traen muy buenos recuerdos. Y cuando estás viendo al público se da una comunicación más intensa.

-¿Se siente a gusto en Córdoba?

-Desde la primera vez que fui, hace ya muchos años, me siento muy a gusto en Córdoba. Y no he dejado de ir. Allí he actuado tanto en locales pequeños como en el Gran Teatro. Córdoba siempre es un lugar muy apetecible.

-Aunque parezca que fue ayer cuando inició su trayectoria, han pasado muchos años y ha llegado a la cincuentena. ¿Se ve la vida de otra manera?

-Sí, se ven diferentes las cosas. Uno ya empieza a formar parte de la gente mayor y se ve todo de una manera más madura, sosegada y serena. Hay más experiencia.

-Dos discos en un año no es muy frecuente. ¿Por qué la salida simultánea de ‘Arde Estocolmo’ y ‘14 de ciento volando de 14’? ¿Vivía un momento especialmente creativo?

-- Estaba trabajando sobre los sonetos de Sabina y trataba de hacer un disco nuevo de canciones mías, y tiré para adelante con los dos proyectos, pero el de Sabina lo convertí en un disco colectivo.

-Un disco en el que ha contado con la colaboración de importantes artistas que, sin dudarlo, aceptaron el reto. Debe sentirse muy querido por la profesión.

-Sí, todo el mundo mostró una gran predisposición, se entregó al proyecto, y eso me halaga mucho.

-¿Cómo estableció los dúos y tríos? ¿Fue por intuición?

--No. Quise huir de lo obvio. Busqué, de alguna forma, que no fuera todo lo que el mundo espera o lo que ya hemos visto.

-¿Qué le ha parecido a Sabina?

--Él está muy contento con el resultado, le ha gustado mucho el proyecto. Tenemos una amistad de muchos años, nos tenemos mucho respeto y cariño, pero nos vemos muy poco. Y, además, es una relación muy fructífera, hemos hecho muchas cosas juntos.

--Sus seguidores dicen que con ‘Arde Estocolmo’ ha entrado en otra dimensión. ¿Ha pretendido algo especial con este disco?

--La verdad es que no pretendía nada especial, pero creo que es un trabajo de madurez importante. En el 2013 celebré 30 años en la música, hice un repaso a mi carrera, y ahora tocaba intentar hacer algo más. En este trabajo recojo, he encerrado, todo lo que he aprendido a lo largo de mis años en la música, están todas mis influencias, me di al cien por cien.

-En este nuevo disco hay un variado abanico de temas de actualidad. ¿El mundo que le rodea es su principal fuente de inspiración?

--Siempre, aunque no es lo único. Pero en todos mis discos hay un espacio para las canciones sociales y reivindicativas.

-¿Qué le ha parecido el resultado electoral?

-Estoy decepcionado, pero, sobre todo, sorprendido. Me cuesta entender que después de todo lo que ha sucedido y sucede la gente haya votado al Partido Popular. No entiendo nada. Creo que lo que está fallando es la educación, la cultura, la concienciación de la gente. Después de 40 años de democracia, lo que triunfa es la telebasura, es una sociedad que, en buena parte, no se informa, que no lee, que está más pendiente de los reality shows y de la vaciedad.