En las fábricas de sueños, los números no son lo único que cuenta. Cuando ayer se anunciaron las nominaciones de la 87 edición de los Oscar, que se entregarán el 22 de febrero, Birdman y El Gran Hotel Budapest se repartieron a partes iguales 18 nominaciones. La aparente ventaja de las obras del mexicano Alejandro González Iñárritu y el tejano Wes Anderson, no obstante, se diluye al estudiar más allá de los números las candidaturas.

Como esos dos títulos, The imitation game , el repaso a la historia del matemático Alan Turing, cuenta entre sus ocho nominaciones con la de mejor película, director y guión (en su caso adaptado). Lo mismo sucede cuando se miran las seis nominaciones de Boyhood , el retrato familiar creado a lo largo de 12 años por Richard Linklater.

Las cuatro películas --que compiten por el Oscar principal con La teoría de todo, El francotirador, Whiplash y Selma -- representan una asombrosa variedad de cine, que incluye el clásico biopic y tres muestras de personalista y radicalmente distinto cine de autor. La vetusta Academia --donde la media de edad de sus casi 6.000 miembros es 63 años, el 77% son hombres y el 94% blancos-- no se libró, no obstante, de críticas por los que se ven como pasos atrás respecto al reconocimiento de la diversidad de Hollywood: ninguna mujer se hizo hueco entre directores o guionistas y, por primera vez en 17 años, no hay ni un intérprete negro entre los 20 nominados.

Los números en la taquilla también que han dejado de guiar las selecciones de los Oscar. Entre Birdman, El Gran Hotel Budapest, The imitation game y Boyhood la recaudación en la taquilla estadounidense ronda los 150 millones de dólares. Mientras Interstellar , la película de Christopher Nolan que ayer consiguió cinco nominaciones pero ninguna en las categorías principales, se embolsó sola 185 millones.

Si en muchos terrenos la competición es abierta y el resultado incierto, los fans de las quinielas pudieron ayer mismo a empezar a rellenar algunas de sus casillas. Pocos dudan, por ejemplo, de que en su quinta candidatura y tercera como actriz principal Julianne Moore puede por fin ganar su Oscar por su impresionante interpretación en Siempre Alice de una profesora de lingüística que demasiado temprano empieza a sufrir de alzhéimer.

Se da también por favoritos en categorías de reparto a J. K. Simmons como el brutal profesor de música de Whiplash y la luchadora madre de Patricia Arquette en Boyhood . Lo que está por ver es si un duelo entre los británicos Eddie Redmayne y Benedict Cumberbatch despeja el camino hasta la estatuilla a Michael Keaton. Será con permiso de Bradley Cooper, nominado por tercer año consecutivo (esta vez por El francotirador ) y Steve Carell, el cómico transformado en su registro y físicamente en Foxcatcher , un título con candidaturas a la dirección y al guión.