La arquitectura y la danza son dos de las pasiones de la artista cordobesa Elena Grish, a las que recurre, junto con el teatro y las artes plásticas, en la instalación efímera Decir lo indecible. Génesis de la creación, que esta tare ha presentado en la capilla del Museo de Bellas Artes. Se trata de una escultura performática encarnada por la propia artista, que con esta obra intenta aproximarse «al origen de todas las grandes creaciones y también de la creación de nuestras propias vidas». Así, según Grish, la escultura representa el plano de las ideas de Platón, que explica que toda obra de arte y toda forma creada existe ya previamente y, «aunque en este mundo material toda creación se manifiesta de forma diversa, rica y poliédrica, en el fondo, todos tenemos un mismo origen, una misma esencia, que no es material».

En esta instalación, la artista juega con la danza, con el movimiento, con la forma, con materiales de construcción de la escultura, implicando muy activamente al público y convirtiendo la acción en algo «dinámico» porque, al final, «necesitamos conectar nuestras vidas con el mundo». De hecho, esto forma parte de esta performance, «crear algo donde el movimiento de la vida sea un conjunto y todos colaboremos», continuó. La instalación tiene diferentes partes en las que mezcla disciplinas como el teatro y la danza, introduciendo el arte plástico a través de un mural con el que explica «el mundo material de Platón».