Abandonadas por su familia, perseguidas por la ley y repudiadas por la sociedad. Ésta es la trágica situación a la que se enfrentan las más de 30.000 madres solteras que se quedan embarazadas en Marruecos cada año. El realizador y periodista Lorenzo Benítez se ha convertido en portavoz de esas mujeres a través del documental Madres Invisibles, que se proyecta hoy en la Filmoteca de Andalucía, inaugurando la XIII Muestra de Cine Social La Imagen del Sur. La cinta fue seleccionada en Mipdoc Cannes Internatonal Pitch en 2014 por la European Documentary Network y Miradasdoc (Tenerife) en el año 2013.

-¿Qué le empujó a rodar un documental en un país extranjero y sobre una temática tan peliaguda?

--En Marruecos existen prejuicios entre las mujeres. Para ellas, era más fácil hablar con un hombre extranjero que entre ellas. Suponía más un psicólogo, una ventana a alguien que no las quiere juzgar. También me ayudó contar con el apoyo de mujeres clave como Claire Trichot, la presidenta de la Asociación 100% Mamans; Zoudida Boughaba, marroquí afincada en Granada, y Helena Madico (guionista y asesora de género).

-¿Qué problemas ha encontrado para realizar el documental?

--Obstáculos ha habido muchos. El primero fue técnico, porque se rodó sin permiso en un barrio de Tánger. Lo tuvimos que hacer de forma discreta y eso también nos obligó a rodar en lugares donde esas mujeres se han recluido. Otra dificultad fueron los familiares de las mujeres. Algunas querían hablar, pero tenían miedo. Con ellas hemos llegado hasta donde han querido.

--¿Cuál es la base de los estigmas y prejuicios hacia las madres solteras en Marruecos?

--El sustento ideológico-político-religioso es algo que existe en todo el mundo, puesto que la mentalidad machista se canaliza a través de vías como la religión y el Estado, en muchos casos ligado a la religión. Luego está la ley y el artículo 490 del Código Penal marroquí, que condena hasta a un año de cárcel a las mujeres que hayan practicado el sexo fuera del matrimonio.

-¿Y los hombres tampoco hacen nada por cambiar esa ley?

--Los hombres allí son muy hipócritas. Es una doble moral. Se han cambiado algunas leyes bárbaras, ahora un violador va a prisión, pero, por lo general, están muy condicionados por la sociedad. Algunos se casan con ellas y otros mantienen una doble vida, siempre que de cara a la sociedad nadie sepa nada.

-¿A qué pena se enfrentan estas madres solteras? ¿Qué ocurre con sus hijos mientras tanto?

--La ley no se llega a aplicar de forma efectiva casi nunca, excepto cuando las quieren chantajear. Esto perjudica la libertad de las mujeres en Marruecos y hay mucha desprotección, sobre todo en lo que se refiere a los abortos en malas condiciones, que acaban con la muerte de la madre o en su abandono.

-¿Qué hace la protagonista del documental para luchar contra ese rechazo social?

--Mucho. Desde el punto de vista de la lucha social, se ha convertido en una líder, asumiendo públicamente que es madre soltera. Tiene un discurso muy fuerte sobre su soledad, afirmando que no necesita el apoyo de un hombre. Pensó en abortar, en no tener a Safouan, su hijo, y hasta huyó de su casa. Desde entonces ha hecho un viaje muy difícil: el de abandonar su anterior vida y construir una nueva como educadora. En la actualidad, da talleres de salud reproductiva en la zona franca de Tánger.

-‘Madres Invisibles’ se estrenó en Tánger. ¿Qué acogida tuvo?

--Muy buena. Se estrenó en un cine precioso, con más de cien personas, casi todas mujeres, pero casi no fueron autoridades. No hay que olvidar que en Marruecos hay censura y, aunque nosotros conseguimos pasarla gracias al cine. Ahora estamos en contacto con otros centros como el Instituto Cervantes.

-¿Ha servido para remover conciencias? ¿Ha cambiado algo desde entonces?

--Aquí en España, sí, sobre todo para mostrar una realidad muy desconocida. En los seis festivales donde se ha proyectado ha suscitado los mismos comentarios. En el público marroquí también he notado cambio. Este debate ya existe en la sociedad marroquí. Lo difícil es que las mujeres que llegan al poder asuman ese discurso combativo porque, una vez llegan, asumen el discurso oficial y critican a otras mujeres.

--Y el gobierno marroquí, ¿cómo vive estos cambios discretamente aperturistas?

--Los cambios de los últimos años corren peligro por el gobierno islamista actual, que sólo quiere que la mujer se quede en casa. Ahora, con el actual gobierno, el debate está estancado. H