La Associació d'Editors en Llengua Catalana, una de las entidades que participa, junto con el Gremi d'Editors de Catalunya, la Generalitat, el Institut Ramon Llull y el Ayuntamiento de Barcelona, en el pabellón conjunto de Cataluña y Barcelona en la Feria del Libro de Fráncfort, ha aprovechado hoy el 'brindis catalán' que se celebra cada año desde la participación catalana del 2007 para leer un manifiesto sobre la situación de Cataluña y difundir copias de este en inglés y alemán.

El manifiesto denuncia las acciones violentas de la policía española y pide al mismo tiempo que el conflicto se solucione "a través del diálogo". "La diversidad cultura, lingüística y nacional es inherente a la condición humana. La diversidad comporta diferencias y esta es justamente la riqueza de una sociedad plural. Pero, cuando las diferencias derivan en conflicto, se han de resolver de manera pacífica, por medio del diálogo, que es el instrumento más poderoso para el entendimiento y la concordia", empieza el texto.

Haciendo un repaso histórico desde el siglo VIII hasta la guerra de sucesión, la asociación que reúne a 96 editoriales plantea que "el encaje de Cataluña en el proyecto español ha sido motivo de debate constante" y que "la dictadura de Franco, una transición democrática demasiado compleja, la aprobación del Estatut de 2006 severamente mutilado por el Tribunal Constitucional y los bloqueos económicos y políticos de las últimas décadas han agravado la situación".

En cuanto a los últimos acontecimientos, el manifiesto relata la situación previa a la declaración de independencia suspendida por parte del Govern. "La ausencia de respuesta del Gobierno del Estado español a los anhelos legítimos de Cataluña de expresarse en un referéndum pactado dio lugar a los hechos del pasado 1 de octubre. El pueblo catalán defendió su derecho a voto de forma pacífica y democrática y la respuesta de la policía española fue altamente represiva y violenta, con el resultado de más de 800 personas heridas".

Finalmente, la asociación manifiesta "el rechazo más enérgico a todo tipo de violencia" y al mismo tiempo expresa "su confianza en la fortaleza de la palabra como único instrumento para resolver los conflictos", y piden el apoyo de "los compañeros del mundo editorial de todo el mundo" en la reivindicación catalana "tan nuestra y tan universal".