Obra: ‘El pintor de batallas’.

Versión: Antonio Álamo, sobre la novela de Pérez Reverte.

Intérpretes: A. Jiménez y J. Rebellón.

Dirección: Antonio Álamo.

Lugar: Gran Teatro. 22/10/2016.

Sobre el escenario del Gran Teatro, el espacio escénico diseñado por Curt Allen Wilmer crea la atmósfera en la que se van a enfrentar los personajes. Faulques, antiguo corresponsal de guerra, se ha retirado prácticamente del mundo para pintar un mural en el que plasmar los horrores de la guerra que él ha visto tan de cerca. Son sus recuerdos trasladados sobre la memoria de la humanidad. En un momento recibe la visita inesperada de un croata a quien fotografió durante la guerra civil en su país, Ivo Markovic, imagen de ese perdedor que dio la vuelta al mundo y por la que fue torturado y sus hijos y esposa asesinados por los propios serbios.

Antonio Álamo recrea la novela de Pérez Reverte sin quitar un ápice de la intensidad literaria del original. Jordi Rebellón y Alberto Jiménez ponen en juego todo su buen hacer actoral, su clase interpretativa y su talento para dar vida a estos personajes sin que baje la tensión, energía y eficacia del texto. Otro personaje flota en el ambiente: Olvido, la amante del fotógrafo, muerta al pisar una mina en un camino en los Balcanes.

El pintor de batallas tiene mucho, si no de autobiografía, sí de vivencias en primera persona que el autor pueda desear alejar de una vez. Un artificio para mostrar heridas sin cicatrizar, evocaciones de fantasmas del pasado: amor, guerra, soledad, una deuda moral de aquellos que no participan directamente en las guerras pero deben seguir las reglas implacables y los códigos de conducta de las mismas. Escuchamos «el corresponsal cuenta una historia, observa pero no se involucra». Por ello, ¿Markovic ha venido a matarle?

Dos magníficos actores en una espléndida interpretación de un enfrentamiento filosófico y nihilista alrededor de concluir que la vida es un caos y que el comportamiento del hombre no es muy distinto al de las bestias. Un Faulques solitario y triste frente a Ivo Markovic, que en un momento le pregunta: «¿Por qué tuviste que fotografiar el cuerpo inerte de tu amante?». Ambos necesitan respuestas. ¿Cuál es la verdad? ¿Por qué se fotografía una cosa y otras no? Se trata de un clic de una décima de segundo.