El destino de la correspondencia entre los escritores ha quedado unido a la incuria de la familia Franco. Se dice que cuando las autoridades decidieron ceder al dictador el Pazo de Meirás (la residencia de Pardo Bazán en Sada, La Coruña) no tuvieron escrúpulo en destruir los papeles de la condesa, entre los que quizá se encontraran las cartas hoy perdidas de Galdós.

Recuerda Isabel Parreño que el crítico literario Ricardo Gullón presentó en un congreso el testimonio de un militar que estuvo en la escolta de los Franco y que acompañó a la familia cuando tomaron posesión de la casa. "Ese hombre aseguraba que se quemó todo lo que había en el pazo: diarios personales, correspondencia..."

De los archivos de Pardo Bazán actualmente no se conserva nada, tan solo su biblioteca. Su casa de Madrid fue saqueada durante la Guerra Civil y es probable que ahí también se destruyeran papeles.