Las tres esculturas halladas en el 2011 en el yacimiento de Torreparedones, en Baena (Córdoba), son "únicas en todo el Imperio Romano", según un proyecto llevado a cabo por el grupo de investigación sobre antiguas ciudades de Andalucía de la Universidad de Córdoba (UCO).

El proyecto, presentado hoy en el Museo Histórico de Baena por el catedrático y director del mismo Carlos Márquez, ha logrado determinar que se tratan de dos esculturas de Augusto y Calígula "únicas en todo el Imperio Romano" y otra femenina, también de gran valor.

A finales del 2011 se hallaron, amontonados y ordenados, decenas de fragmentos de tres esculturas, dos masculinas y una femenina, sentadas y fabricadas en mármol.

Ahora, además, gracias a que conservaban restos de la policromía original, se ha logrado representar el colorido de las piezas que están fechadas, probablemente, a mediados del siglo I.

Las estatuas, según ha relatado el director del museo baenense, José Antonio Morena, fueron "ocultadas en algún momento de finales del siglo II", probablemente por causa de una guerra civil romana.

El hallazgo se produjo en la curia de la colonia Ituci Virtus Iulia asentada en el actual sitio arqueológico de Torreparedones y seguramente "procedieran del templo anexo", ha explicado Morena.

Las estatuas son mayores que el natural y presentan un estado de conservación excepcional, de tal forma que dos de ellas representan a los emperadores Augusto y Calígula, togados como si fueran divinidades.

"En ninguna parte del imperio se han localizado representaciones de este tipo", ha subrayado Márquez, quien ha especificado que la primera de ellas representa el modelo divus Augustus Pater, esto es, a Augusto cuando fue elevado a los altares.

Bajo este criterio se representa también a Calígula, calzado con botas militares, uno de sus rasgos identitarios, mientras que la representación femenina, que podría corresponder a Livia, viuda de Augusto, también responde al modelo.

Después de que los restauradores recompusieran en los últimos meses las piezas halladas en el yacimiento, las estatuas se presentan casi completas, pero descabezadas.

Era normal en la escultura romana que estas piezas fueran independientes y se ajustaran luego al cuerpo.

En el trabajo científico se ha podido concluir que las estatuas masculinas estaban pintadas con togas purpúreas, amarillas ocres y blancas, mientras la femenina era representada en tonos rojizos y azul egipcio.

Descubrir los mismos colores que vieron los colonos hispanorromanos "es una novedad puesta en relieve a nivel internacional", ha destacado Márquez, quien ha precisado que se ha logrado a partir de técnicas de espectrometría Raman, fotografía multiespectral e infarroja y estudios de luminescencia.

Finalmente, la restauradora Ana Infante ha recordado que para la fabricación de las estatuas se utilizaron mármoles de cuatro procedencias diferentes, y que las piezas encontradas se encontraban "en un estado complicado y peligroso", al hallarse en contacto con el suelo, con restos de humedad, con oxidación en los anclajes y por la aparición de microorganismos y sales solubles.