El vocalista de Crystal Fighters, Sebastian Pringle, cuyo nuevo trabajo se está gestando en una casa de campo cerca de Bilbao, explica que vivir de forma "alternativa" y concienciada con el consumo sería una solución "relativamente rápida" para muchos problemas económicos de la sociedad moderna.

Pringle, quien asegura tener una actitud española cuando compone los temas del grupo, llega con atuendos sencillos y amplios y con el pelo recogido en un pequeño moño a la entrevista con EFE. La actuación de su banda anoche en la primera jornada del Arenal Sound de Burriana (Castellón) fue una de las más esperadas de todo el festival.

Los británicos son uno de los grupos más aclamados, y este año han ocupado el lugar de los escandinavos Kakkmaddafakka para ofrecer al público la actuación de más "buen rollo" y de proclamación de amor y paz para todo el mundo.

Sebastian Pringle no sabe si su modo de vida se puede denominar "hippie", pero asegura estar más cómodo en el campo, en una casa aislada, como en la que vive desde febrero cerca de Bilbao, y consciente de que cada cosa que consumimos "lleva asociado un sacrificio".

Para el vocalista es importante "no tomar por las buenas todo aquello que puedes comprar en las tiendas, sin darte cuenta de que hay sacrificios que deben hacerse para cada coca-cola que bebemos o cada cosa que compramos".

Sebastian Pringle asegura que, sin embargo, "hay más concienciación hoy en día, la gente se da cuenta de la huella que dejan en el planeta dependiendo de su forma de vida", y ha mostrado su deseo de que "cada vez se vaya dando cuenta más gente".

"Muchos de los problemas del mundo podrían resolverse rápidamente si hubiera una conciencia de cambio", aunque reconoce que "es una transformación muy difícil para la gente porque las sirven cada día durante la vida: tus padres, las tiendas, los colegios, etc."

"Si la gente vieran la foto entera de lo que ocurre desde el principio se darían cuenta de que hay otro modo de hacer las cosas, pero el cambio es complicado", asegura, ya que explica que para él mismo, que lleva años pensando así, es difícil no sucumbir a las facilidades de la sociedad de consumo.

La conexión de la banda con España nace desde que Laure, una de sus componentes, descubrió en la casa de su abuelo en un pueblo de Navarra una ópera inacabada que éste escribió poco antes de fallecer.

Desde entonces se han sentido ligados al País Vasco, y han incluido los sonidos de instrumentos tradicionales en sus composiciones, como la txalaparta, algo que seguirán haciendo para su nuevo trabajo, en el que ya están inmersos.

Pringle vive en una casa de campo cerca de Bilbao desde febrero y desde allí vuela a los diferentes festivales en los que toca la banda y allí recibe también la visita del resto de miembros del grupo para componer.

La experiencia del concierto que ofrecieron en las cuevas de Zugarramurdi, su "Cave Rave" sonó en las ancestrales grutas y supuso "un gran punto de inflexión para la banda", porque, según Sebastian Pringle, se dieron cuenta de que podían "hacer juntos algo especial e inusual".

Por ello no descartan hacer algo similar cuando publiquen su siguiente trabajo.