Un debate sobre la situación pasada y presente de las comunidades cristianas en Oriente centró ayer la jornada de clausura del programa académico del primer Congreso Internacional de Cultura Mozárabe, desarrollado a lo largo de esta semana y que ha reunido en Córdoba a más de 650 participantes y a algunos de los mayores especialistas mundiales en historia, arte, liturgia e incluso en la geopolítica actual.

Este último fue el caso del debate de ayer con Andréy Kórdochkin, del Patriarcado de Moscú; Nicolaos Matti Abdalahah, arzobispo vicario patriarcal de la Iglesia Sirio-Ortodoxa en España, y Cristian Mihail Deac, del patriarcado Ortodoxo de Rumanía, todos ellos moderados por el archimandrita Demetrio, del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, que hablaron sobre mártires cristianos en Oriente ayer y hoy. Posteriormente, dos ponencias sobre liturgia mozárabe, una centrada en los mártires de Córdoba y su culto en la España del Norte y otra sobre los mozárabes en el Levante Español, a cargo respectivamente de Miguel C. Vivancos Gómez y Leopoldo Peñarroja Torrejón, clausuraron el denso programa académico del congreso.

La jornada, sin embargo, tuvo como broche la misa solemne hispano-mozárabe en la Catedral, que presidió Braulio Rodríguez Plaza, arzobispo de Toledo, primado de España y superior del Rito hispano-mozárabe. En su homilía, el arzobispo reivindicó el rito mozárabe como un fenómeno vivo dentro del culto, con pleno sentido y actualidad para los fieles, lo que le llevó en su día, explicó, a oponerse personalmente a la propuesta de que el mismo fuera propugnado ante la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Cerrado el capítulo académico, el Congreso termina hoy con un recorrido por el Camino Mozárabe, que terminará en el Patio de los Naranjos, y la inauguración, a las 11 horas, de la exposición Nasara: Extranjeros en su tierra, que mostrará 40 piezas mozárabes hasta el 7 de enero en la Mezquita-Catedral.