Con la obra Mujeres y criados , de Lope de Vega, se inicia hoy en el Gran Teatro un ciclo dedicado a los clásicos, que incluye cinco títulos que se pondrán en escena a lo largo de los próximos meses. La Fundación Siglo de Oro lleva a las tablas este texto, que se representó por última vez en los escenarios españoles en algún momento de la primera mitad del siglo XVII. Olvidada durante casi cuatro siglos, ahora vuelve a cobrar vida gracias a las voces, los gestos y los movimientos de los integrantes de esta compañía. Se trata de una comedia de acción, en la que el espectador encontrará enredo, triángulos amorosos, diálogos agudos y un ritmo ágil, todo ello aderezado con unos protagonistas que se mueven entre las calles y campos de Madrid y los espacios domésticos donde se desarrollan los acontecimientos más relevantes de la trama.

Rodrigo Arribas, codirector y uno de los intérpretes, presentó ayer esta obra en Córdoba junto al actor Javier Collado y a la delegada municipal de Cultura, Mar Téllez, que subrayó que los espectadores "serán testigos de la recuperación de una valiosa obra de nuestro teatro clásico", destacando que este rescate se debe al trabajo de investigación de Alejandro García y de la compañía Fundación Siglo de Oro. También informó Téllez de que habrá un bono para tres de estas representaciones con un descuento del 25%.

Por su parte, Arribas, señaló que la obra tiene una gran vigencia, de hecho, el segundo acto finaliza con la frase "mujeres y criados pueden revolver a España", que podría estar hoy "en cualquier pancarta", dijo. En esta obra, Lope habla de dos temáticas que hoy son actuales, "pero que en su momento eran arriesgadas: una mujer reclamando su espacio en la sociedad a través de su pensamiento y su libre elección y el reflejo de una estructura social estratificada de manera impermeable, en la que el flujo entre clases estaba devastado", continuó el actor.

"Los textos clásicos hablan de determinados aspectos de la naturaleza humana que, afortunada o desgraciadamente, no se han superado", subrayó Arribas, que explicó que "se trata de construir puentes entre ese negro sobre blanco de hace 400 años y una mente del siglo XXI, pero con unas herramientas muy reconocibles". Doce actores ponen en escena una obra que tiene como protagonistas a dos grupos de personas que, en la sociedad del siglo XVII, ocupaban una posición secundaria en las relaciones interpersonales, bien por cuestiones de sexo o de estamento.